
Los realizadores de la Televisión Serrana le cambiaron el rostro al documental cubano. Hace más de treinta años corría la voz por San Pablo Yao, lugar de la Sierra Maestra, que un hombre de “La Habana” había llegado para hacer televisión. En plena Sierra Maestra, aquel grupo de personas liderados por Daniel Diez, fundador del proyecto lograrían filmar a sus habitantes tal como eran en su propio medio de subsistencia, y los llevarían a la pantalla con toda la dignidad, belleza y los sentimientos que tiene un ser humano por muy apartado que viva.
Lo que para cualquiera podría ser algo insignificante para esos realizadores que se propusieron reflejar la realidad que los circundaba constituyó un reto y lo lograron. Han pasado los años y aún tengo ante mí la imagen de un niño bajando una loma a toda velocidad en una Chivichana, nombre del citado documental que por cierto dirigió Waldo Ramírez, quien fuera fundador de esa casa productora y luego director.
Y es precisamente aquí donde deseo detenerme porque por estos días se ha hecho viral la designación de Waldo Ramírez como director de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños y opino que muchos o no quieren, no conocen y al parecer no indagan a fondo quién es Waldo Ramírez y a sólo un clip pueden buscar la obra de ese gran realizador y por supuesto su camino como directivo, sus premios, la docencia.
Pero quiero recordar algo, el ejercicio más importante el “One two One” de la escuela de cine se hace precisamente en la Sierra Maestra, en la TV Serrana de la cual Waldo fue director, por tanto, su vínculo con la escuela tiene larga data. Y me pregunto cuando la directora saliente fue designada en una época de gran crisis de la EICTV nadie cuestionó si recodaba o sabía el tiempo en pantalla de un pie de película, porque Susana Molina era una funcionaria y nadie le conoce sus créditos en una audiovisual como realizadora.
También recuerdo y no quiero pensar que aún algunos tengan en mente revivir tiempos pasados cuando los realizadores del ICRT no podían participar en los Festivales de Cine Latinoamericano porque alguien así lo decidió, aunque la vida con sus misterios los hizo coincidir en certámenes foráneos de renombre en el mundo. He puesto mi opinión y pregunto: ¿Y por qué no puede ser Waldo Ramírez el director de la EICTV?
Vea tambien:
La IA se convierte en una pesadilla para actores y escritores estadounidenses
Creo que se ha creado una "elite" de cineastas de laboratorio y otros con una obra construida que se han separado ideologicamente de la obra de la Revolución. Conozco muchos que entre ellis se llaman peyorativamente " maestros" sin nunca haber tenido un alumno. El que salió de la base social que significa la sierra maestra y el contacto directo con el pueblo se conoce menos que los que van a festivales en madrid o en londres, pero sus pies están en la tierra y no flotando en un mundo virtual. La esencia creadora de esa escuela tiene un origen ideológico, se creo por sus padres fundadores con un objetivo y una meta. No permitamos que esa " nueva clase" de fantasmas de una cultura virtual tome terreno. En todas las esferas de la sociedad hay personas con pensamientos divergentes, pero en cualquier sociedad se TIENEN que alinear con políticas y normas. Si usted quiere actuar de otra manera tiene que ir donde se lo permitan. No quieren a un Director ¿ por qué?. Seria bueno preguntar a quien proponen y veriamos desde esa propuesta la dirección que quieren tomar. Un Director se DESIGNA por el nivel del cuál es nomenclatura el cargo y ya. Ese no es el delegado de circunscripción o el Presidente del CDR. Esa escuela la construyó alguien que asumió costos y ahira asume gastos de todo tipo. ¿ Cómo permitir que conviertan eso en una asamblea de afiliados?. Pir cuestiones éticas y resoeto a si mismo, si a usted le designan un jefe que no le cuadra, sea valiente y retírese de ese lugar. Así de sencillo. No se le puede pedir peras al olmo.
Muy bueno el artículo, esclarecedor del talento suficiente y necesario para conducir una escuela fruto del pensamiento del liderazgo indiscutible de la Revolución cubana, con vocación latinoamericana y tercermundista, Waldo es un hombre protagonista y continuador de la cultura y de esas ideas, una de ellas es el perfeccionamiento constante de nuestra democracia revolucionaria, no quisiera sentir su ejercicio por algunos oportunistas para traicionarnos.