
Desde la planta baja se escuchaba el murmullo. Los vecinos le preguntaban y él se detenía a explicarles con lujo de detalles y darle las gracias por la preocupación. Solo cuando llegó al cuarto piso y la compañera -donde estaba de visita- lo interrogó. Intenté entender qué sucedía, pero no lograba descifrar de qué se trataba y él todo calmado, pero secándose el sudor dijo:
“Llevo cuatro horas en esto… Salí a comprar el pan e ir al banco, luego pensé: al banco hay que ir presentable; por lo que no fui a lo del pan y con el calor que hace, ¡imagínate, yo en el correo tratando de comprar un sello que podía ser de cualquier precio! Lo importante no es que fuera solo un sello, porque el correo no tiene conexión de internet con la OFICODA (Oficina de Registro de Consumidores), de la zona 6 del Reparto Alamar.
“De ahí tuve que regresar y me dieron un papel que tendrá 15 días de vigencia, pues se supone que encontraré un sello. Imaginen que trajín ese: ir por toda La Habana buscando un sello. No es fácil”.
Yo pensando: ¿Hasta cuándo estaremos pasando trabajo por la falta de digitalización de los servicios?, porque él busca un sello y yo (días atrás) necesitaba una receta para un medicamento y estaban agotadas las que le había dado la doctora para ese día. Por supuesto, mi caso es diferente; aunque molesta igual si tenemos en cuenta que las enfermedades no se dan por cuota normada.
No tengo idea de lo que hace el responsable de buscar el papel o documento que necesitaba el vecino; pero él no tiene la solución de aplicar un servicio digital si no cuenta con lo imprescindible: conexión en el correo. Así sucede con la venta de Moneda Libremente Convertible (MLC); por ejemplo para quienes (como yo) no disponemos de un teléfono “inteligente” y sí necesito adquirir los MLC.
En medio de mis reflexiones en silencio, alguien grita: ¡Robert, aquí está tu librera de abastecimiento! la encontré al lado del colector de la basura. Y recuerdo una escena de la película Se permuta, y es, entonces, que todos gritamos de alegría por lo engorroso de un trámite que encontraba la respuesta en un grito (no el famoso cuadro de Edvard Munch) y así Robert solo atinó a decir: ¡Me va a dar un soponcio…! y no era para menos. Pero, entre nosotros, mis lectores de esta página. Nadie le dijo bota el documento que te permite ir a la bodega durante 15 días…
Ver además:

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Y que decir de tiket para gasolina!
Me encantó y además refleja el vivir del cubano en el día a día pero los que como yo vamos por los 80 sabemos que unidos saldremos adelante como en otras ocasiones.
Yo me pregunto. Y porqué un sello para ese trámite precisamente ahora, cuando el país no tiene los recursos para garantizar esa prestación y solo se convierte en otra carga para la población. El ordenamiento de la actividad fiscal requiere también de sencibilid y objetividad. No hay sellos, su emisión es más cara que lo que representa la recaudación en las OFICODAS, Y estamos hablando de la canasta básica, por qué no subsidiar también el sellito y quizás se compence con menor gasto en salud pública por causa del SOPONCIO.
Para todas las cosas es así, todos son dificultades, nosotros los jubilados q cobramos en cajeros q vivimos en San Miguel del Padrón, hay q ir a la Virgen del Camino o al Cotorro pq por estos repartos no hay ningún cajero, ya sea q vivas en La Cumbre, Tejas Veracruz, con otra las dificultades q hay en el transporte Imagínese !!! Adónde vamos a dar
Propongo q de forma masiva se le descuente a cada trabajador 5 pesos en el próximo salario. Y eliminar los sellos. Con ese descuento de solo un mes se pagará todos los sellos de varios años y así resolvemos este problema macabro