Creo que muchos están siendo injustos con nuestros Médicos, Enfermeras y Personal sanitario, considero que muchos están siendo abusivos con todo lo que significa nuestro sistema de salud y también contra su familia y contra su propia vida, ahora bien, también probablemente contra la nuestra y la de todos aquellos que por "carambola" se tropiecen accidentalmente en el camino de una microgota contaminada de este virus.

Es tiempo de cambiar el libreto científico y en vez de emplear el término tan académico y pacífico de "falta de percepción de riesgo" usar los de "falta de respeto a la vida del ser humano", "Desobediencia" y "Homicida en potencia". Cuántos muertos más se necesitan en Cuba para darnos cuenta que vamos mal si seguimos con esta indisciplina social que puede tener muchas causas pero que sin duda tiene un componente de irresponsabilidad individual.

Foto: José Antonio Pillo

¿Tenemos que ver ataúdes amontonados como en España e Italia para persuadirnos? Ya pasamos los mil contagios y solo pensémonos que esa gente que está expuesta por nosotros en Hospitales y centros de Aislamiento- profesionales y voluntarios-  son de carne y hueso, son padres, hijos, hermanos, tienen familia y cada día nos multiplicamos y sellamos su día con otro envío de sospechosos y pacientes que no saldrán nunca más de cual recinto, debiendo seleccionar que dispositivo móvil tienen a mano para despedirse visualmente de sus familiares para siempre a consecuencia de un mal que ni siquiera pueden ver y solo sentir cuando le roba el aire.

De nada vale aplaudir cada noche cuando estamos condenando a esos seres a una obra que no se le ve el fin, a una pieza teatral en que unos de los finales alternativos es contaminarse y morir. Si siguen en la calle una multitud de asintomática humana y continúa su despliegue trivial entonces esa unión patria de tantas manos resultará estéril, será una simple forma eutanásica y pírrica de recordarlos y mantenerlos allí hasta cual sea el desenlace. Creo que es hora de aplicar otras medidas por muy severas que sean pues ya nos probaron y muchos aún no han reaccionado a lo que se llama respeto por la vida.

Foto: José Antonio Pillo