
Me considero entre las personas amantes de la buena mesa y hago una aclaración, puedo pasarme varias horas cocinando porque lo disfruto. Pero últimamente pararme frente a la cocina ya no es mi espacio de antaño.
Me di cuenta de que estoy olvidando los sabores de un plátano en tentación, de la mala rabia, de los tamales, de una buena sopa, incluso ya no persigo en la temporada de invierno el apio y la zanahoria para conservarlos y luego en verano hacer con la calabaza una crema y, sin autosuficiencia, ponerle el
acento: deliciosa.
Todos esos sabores y olores que convergían en mi cocina están dejando de ser familiares, pasan de largo frente a mi casa sobre una carretilla; mientras escucho el pregón -en ocasiones fuera del tono armonioso de
antaño debido a las consecuencias del bochorno (calor) en los fuertes días de verano.
Sé que mi paladar suele detectarlos e incluso puedo saborearlos mentalmente cuando recorro las calles de La Habana, y reitero las calles de La Habana, porque viajan montados en la polución de carretillas estacionadas en los alrededores de los mercados, al borde de cualquier vía: sea principal o aledaña, con precios increíbles.
La disfunción entre la llamada oferta (limitada por diferentes razones: bloqueo, subjetividades, falta de control, exigencia y tal vez un largo etcétera) y la demanda (creciente ante la búsqueda de satisfacer necesidadesde la población) nos lleva siempre a la misma pregunta cuando se propone adquirir viandas y hortalizas: ¿Quién me iba a decirque la libra de calabazas alcanzaría los 40 pesos?, ¿El boniato 80? ¿Que muchas calles de la capital estarían llenas de carretilleros compitiendo con los precios de los mercados agropecuarios?
Hasta hace pocos años los mercados de la calle Egido, la Plaza de Marianao, Guanabacoa, Cuatro Caminos, 17 y K, solo por citar algunos eran muy conocidos por los surtidos y precios. ¿Cuántos intermediarios existen
entre el productor y el que expende en una carretilla?, ¿por qué, a veces, los carretilleros tiene un producto primero que en el mercado? Incluso la papa -a precios elevadísimostransita en las tardes frente a las casas, mientras alguien vocifera un producto que solo pueden cosechar productores de alto rendimiento, especializados (por los recursos que exige ese cultivo) y es comercializado por una interminable cadena de intermediarios.
Mucho camino recorren las viandas y hortalizas; pero no siempre llegan a buen puerto; es decir a nuestras cocinas, con precios justos y de calidad, pero no es el caso.
Puede verse la exhibición de “rastrojos”, llenos de Tetuán (en el caso del boniato), vegetales marchitos, tomates esmirriados… y sus precios inalterables como si fueran ofertas de primera.
He visto tantas carretillas en La Habana que me he preguntado en muchas ocasiones cómo los choferes pueden sortear algunas de sus calles, no muy anchas, en medio del maratónico tráfico de estos expendedores, incluso los transeúntes comprando en las esquinas en grupos que interrumpen la circulación vial y también son un peligro. Me pregunto: ¿Cuántos carretilleros habrá en La Habana?
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La periodista tiene razón he leído sus comentarios y me agradan, pero me pregunto ?se podra resolver al paso que vamos?
Si, se ven los carretilleros con viandas por las calles a montones y que decir de los que venden el pan,de donde los sacan,quien se lo vende,solo 7 pancitos que parecen de cumpleaños a 150 pesos,quien le pone el cascabel al gato,hasta cuando será éste abuso.
Mi pregunta es ,,,,,,subirá el aumento y cobro de impuestos a la misma velocidad del.aumento en los precios de ventas minoristas???,,,ahí hay un método de enfrentar la inflación,,
Por cada carretilla hay de 4 a 6 acompañantes y casi todos son del oriente de cuba.En 5taA y 42 Playa venden carísimo. La malanga a 95 la libra.
1. El que trabaja la tierra no es el dueño trabaja y debe dar al señor feudal 1/3 de la cosecha. Ya eso hace que el que produce tenga menos rendimiento y tenga al finar que dar un precio que le sea competitivo o que recupere lo que invirtió en fuerza de trabajo, productos, combustible para regar . Eso da un precio al pie del surco. 2. Intermediario nro 1 ( magnate que paga alquiler de un camion y va al surco y compra la mercancia al por mayor y au.enta al precio inicial . Flete, estibadores y un 100% de subida para su bolsillo. 3. Controlador del mercado o puntos de venta. No invierte solo asegura posibles clientes . Este aumenta 50% del valor . 4 dueño del puesto . Paga la mercancia y aumenta 75 o 100% al valor porque hay que tocar al inspector. Al final el que sembró el pepino lo vendió en 10 pesos el magnate lo paso a 25 , el punto controlador lo vendio a 35 y el dependiente lo vende entre 60 y 70 pesos . 700% de inflacion . Todo el mundo gana ms qyel guajiro y el obrero que lo compra siente como si hubiese donado un riñon para comer solo 4 rueditas en cada comida y que dure aunque sea 2 días.