La unión es decisiva en cualquier tarea en la cual debamos lograr un objetivo que favorezca a la mayoría, o en la que nos vaya el futuro, ya sea a nivel  de familia, centro laboral, o en la sociedad, solo por citar algunos ejemplos, pues de no ser así, no lograríamos el objetivo final.  Y como este domingo estamos inmersos a nivel de país en la selección de los diputados al Parlamento quedamos convocados a votar por todos y no es mera consigna o capricho.

¿Echaremos por la borda los años de trabajo de varias generaciones de cubanos? Hagamos un simple inventario, y no voy a señalar lo que casi siempre se numera como la educación, salud y deportes. ¡Qué va! Yo fui testigo de ver a muchas personas cargar el agua para tomar, con cubos en la cabeza, lavar en los ríos, y cuántos embalses tiene Cuba, más de 200 contra trece que había al triunfo de la Revolución. Eran muchos los cubanos que nunca recibieron agua por tubería ni conocían servicio sanitario.

El agua clorada era algo desconocido por la mayoría, y qué decir de la electricidad, incluso en los poblados generalmente la tenían los que vivían en el centro y podían pagarla, en la periferia había muchas personas en la oscuridad. ¿Y los caminos intermontañas?

Votaré por todos los que aparecen en la boleta que por mi circunscripción me pertenece porque esas personas tendrán como tarea estudiar lo que mejor me viene como ser humano ya sea en cuanto a leyes que me protegerán, servicios que tendré y deberán ser mejores; incluso entre las alianzas de empresas estatales y Mipymes, derechos y deberes que como ciudadano me harán y nos harán mejores personas.

Es cierto que existen muchísimos problemas que podrán durar años en resolver, pero entregar la patria no significa que elevaré mi nivel de vida. Significa que lo que tengo seguro lo perderé y eso no está en cuestionamiento.

Me preguntó: ¿Acaso está escrito que me echarán de mi casa si no pago a tiempo? Y los niños… ¿Podrán pensar como aquellos en otras naciones pobres, en qué serán cuando sean adultos, mientras observan el final del día mientras limpian el parabrisas de un auto en plena avenida? Y no crean que poseo todo lo que cualquier persona puede soñar. Me refiero a las materiales.

Por supuesto, espiritualmente soy afortunada. Empezando porque soy la profesional que quise, no la mejor, pero sí he trabajado en todos los lugares que me propuse, pues estudié, gracias al sacrificio de quienes forjaron este largo camino que se llama Revolución

Votaré por todos. Ello significa que seguiré caminando por mi país sin temer a un tiroteo a pleno día o en medio de la noche, que no vivo en una nación de enajenados por la drogadicción.

En esta hora de emitir mi voto me viene a la memoria una vecina, que, lamentablemente, ya falleció. Un día que nos bañábamos en la playita de los Rusos, en Alamar. Miró la inmensidad del mar y dijo sin que viniera a cuento. “Ana yo me quiero ir para los Estados Unidos, sueño con eso; pero te digo si los americanos vienen por ahí –dijo con una certeza tangible- y señaló la amplitud del mar yo cojo un fusil, pero por aquí no entran”. Eso se llama unidad. 

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