Foto: Comisión evaluadora provincial

Uno de esos días que una se levanta queriendo cambiar el mundo, al intentar cruzar una calle era tanta la basura y el mal olor que pensé: “Me voy a proponer para dirigir comunales, ver qué sucede allá dentro”. Pero seguidamente respondí: “Calma que de eso no conoces nada ni estás en condiciones de intentar ese reto”, pero un lector de esta columna sugirió averiguar por la recogida de tanta inmundicia.

Llamé a la dirección de esa empresa y ¡sorpresa! muy atentos sugirieron escoger el día de la visita. Allí supe que en el municipio de La Habana del Este se realiza un estudio para determinar la cantidad de desechos sólidos que se genera y conocer las necesidades reales de camiones colectores, de saneamiento, personal y combustible, para recoger la basura diariamente o disminuir tanto abarrote de desechos principalmente en las áreas interiores. Actualmente su parque responde a la población que existía en el año 2006 cuando el volumen de basura era de 2 293 metros cúbicos y hoy, por el crecimiento poblacional, se acerca a los 4 000 metros cúbicos diarios.

La empresa de comunales de La Habana del Este cuenta con 800 trabajadores y un parque automotor de nueve camiones colectores con más de dos décadas de explotación que sufren roturas, falta de piezas, gomas, cajas de velocidad y se distribuyen de acuerdo a la población de cada consejo popular.

También se labora en la modalidad de saneamiento abierto, cuyo personal no cuenta siempre con guantes ni delantales para acopiar la basura, que luego recogen en cajas y al hombro la echan en los camiones, pues actualmente solo existe un cargador pala para trabajar y eso no es suficiente.

Cuando de basura se habla hay que señalar que la higiene es de todos los ciudadanos. Es cierto que no existen los tanques necesarios, pero hace poco tiempo colocaron 80 nuevos colectores y a la semana no tenían tapas, faltaban ruedas. Personas que dejan jabitas de basura en las aceras, los que echan escombros, restos de árboles podados, y así un sinfín de cosas que no se deben echar en los tanques, pues incrementan su deterioro, a lo que se suma la eliminación del plan tareco que hace unos años funcionaba.

La curiosidad me llevó a preguntar por las zonas críticas en Alamar, cuyos desechos no se recogen diariamente por falta de camiones y a veces esperan hasta 15 días para su eliminación. Ellas son la 23, 24, 11,10 y 9 que, por demás, están superpobladas.

Cojímar sobresale por la indisciplina social con los escombros en plena calle y Bahía por la poda de árboles. Entonces, en estos casos es cuando una se pregunta: ¿dónde están los antiguos inspectores?

La higiene es vital para que la vida fluya sin contratiempos que pueden generar enfermedades y la basura en La Habana del Este requiere de una mirada; somos de la periferia y eso no es nada agradable. Acá no se recoge ni el 50 % de la basura que se genera diariamente.

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