
Indiferencia y poco respeto por la propia vida y la del prójimo vemos todos los días. Sean familiares, amigos o simples desconocidos, ellos desandan, con nasobuco colgante cual pañoleta, sin importarles e ignorando el peligro al cual se exponen, y arriesgan en su tozudez al resto de aquellos que, por desdicha, están en su camino.
Desafían como juego de azar a las autoridades, y transitan en un sube y baja de esa elemental protección, sin pensar que, al tocarlo, una y otra vez, aunque la primera ya podría ser suficiente, le hacen un regalo de vida o muerte al virus.
Marchan risueños, retando al destino, seguros de que no les va a tocar, y que, si lo hiciera, pues así estaba escrito. Son amantes de una ruleta rusa que perjudica a muchos, sin importar los esfuerzos del país, ni los recursos que invierte en una enfermedad altamente contagiosa y que, por desgracia, a veces, cuesta la vida.
No les interesan en absoluto las horas empleadas por médicos y personal de Salud en la zona roja, haciendo lo imposible por salvar vidas; ni les afectan los gastos enormes en cada paciente o sospechoso; cuánta inversión se hace día a día, sin que cueste, toda esa atención y desvelo, un solo centavo al doliente.
Sin conciencia alguna del daño, siguen aventurando incluso a niños, a lactantes, a una enfermedad bien triste y agresiva.
Por ello, las multas, la ley, debe caer con gran peso sobre la más mínima negligencia. No debemos permitir este juego de dejadez y muerte. No puede haber descanso y siempre debe estar el ojo avizor tanto de la autoridad como de cualquier persona que contemple tanta indolencia. No nos quedemos impasibles viendo cómo algunos echan a perder la obra y el tesón de muchos.
Estamos convencidos de que podemos lograrlo, pero para ello debemos ser implacables con quienes entregan su vida y la de otros a esta fatal enfermedad.
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Seguir creando condiciones en La Habana para enfrentar la COVID-19
Acabar drásticamente con los coleros, volver al escaneo y no permitir que compren más de una vez a la semana y lo mejor, comprar cada uno en su municipio, vivo en playa y hay que ver con horror, como grupos de personas vienen y marcan en 5ta y 42 en el bodegón de 32 y 7ma en Dsele en 7ma y 20 y otras de la zona, se van llamando por celular cuando se le acerca el turno se tiran en el suelo o contenes comen hablan se apretujan metiendo en los bolsos y en la tarde se van con mercancía suficiente para cubrir necesidades de varias casas y eso es todos los días, y dejan en mi municipio el covid ya que como son jóvenes y fuertes lo pasan en las colas sin sintomas o solo un catarro común. Mano dura con ellos ya han hecho suficiente dinero de esta desgracia que se llama covid. Gracias por su atencion
Leyendo los comentarios que hacen sobre algunos barrios creo que esos son lugares donde nadie, ni autoridades, ni organizaciones de masa, ni inspectores, ni vecinos están decididos a buscarse problemas. Son espacios en los que hace mucho tiempo la indisciplina social es lo habitual y nunca pasa nada, pregunto ¿Porqué seria distinto en este momento?? Ni una amenaza como esta pandemia lograra un cambio de conducta inmediata, como la que se necesita. Allí tendrá que ser "al duro y sin guante" como se dice o "caerle con todo" sin miedos. Esperemos se haga.
Es cierto que hay gente muy irresponsable, tonta, ignorante etc... Hoy mismo estaba en la cola del maravilla en calzada del cerro y casi al entrar había un ciudadano fumandose un cigarro y por supuesto sin la máscara puesta. Me miró desafiante al quedarme viéndolo fijo... El siguió fumando como si nada sin mascarilla porque traía puesto un uniforme de policía. Saludos y gracias
Soy una persona de la 3ra edad, que cumple las orientaciones sanitarias. En varias ocasiones, de forma educada, he requerido a algunos jóvenes por el mal uso del nasobuco; la respuesta a mi sana intención ha sido grosera e incluso amenazante. Me ha ocurrido en varias ocasiones. En algunas de ellas tan cerca de mi como para escuchar los improperios lanzados contra mi, se han encontrado agentes del orden publico o personal militar de apoyo; ni se han inmutado. Sin embargo y sin querer hacerme el valiente en una ocasión me enfrenté a los ofensores..Pues bien solo por la intervención de algunas personas presentes, no fui multado. Deseo aclarar que el referido enfrentamiento, no llegó a mayores. No soy indolente, pero esta situación me demuestra que no se puede intentar educar a todos.
Es muy cierto, estoy totalmente de acuerdo con lo expresado por Clara Luz en Tribuna fe La Habana pues viendo tanta indisciplina social .le pregunto dia a dia ¿Hasta cuando va a permirirsele a tantos indolentes seguir infringiendo las medidas y no se les aplica con mano dura que cumplan los establecido para evitar que continuen los contagoos y la.propagacion del virus ¿ Hasta cuando las autoridades van a continuar permitiendo que en las colas no van a exigir que se cumpla la separacion que debe haber entre las personas y permitan los grupos y las aglomeraciones? ¿Que una cola llegue a dos, tres cuadras y que? ¿ Que las personas tengan que marcar en 2 tiendas porque no abastecen.los mismos productos en todas que necesitan? ¿ por que no distribuyen los mismos productos en las difetentes tiendas para evitarle a esas personas estar marcando en 2 lugares? Basta ya que se hagan de la vista gorda los encargados de organizar las colas. Es necesario e imprescindible que la policia este mas presente en las calles y haga mas rondas para sancionar los que llevan mal. puestos los nasobucos y exigir el uso correcto de ello y sancionen a los que de madrugada salen para marcar en las tiendas y se esconden en pasillos de las casas y entre las plantas, . pues las autoridades no estan siendo lo suficiente exigentes que tienen que ser.