
La cantidad de casos positivos en la ciudad alarma a muchos, preocupa a otros tantos y, por desgracia, parece serle indiferente a un elevado número de personas. Estremece ver cada día la cantidad de nuevos casos positivos que el país reporta, y más aún, el incremento en la cantidad de casos graves.
De nada vale que el Gobierno y el personal de Salud Pública se desgasten en una labor sin cuartel contra la COVID-19 si a última hora, hay quienes violan todo lo establecido, contrayendo así la enfermedad y lo que es peor, diseminándola.
En los últimos días he visto a personas tomando ron a "pico" de una misma botella en medio de la vía pública, otros caminado por las aceras como si tal cosa, con el nasobuco como babero mientras van "disfrutando" de una cerveza en un camino incierto que bien pudiera terminar en una sala de terapia intensiva, o peor aún.
Y ni qué decir de las colas para comprar el pan u otro producto de primera necesidad donde en numerosas oportunidades el distanciamiento no existe, o solo se puede apreciar en el inicio de la fila.
Soy de quienes piensa que educar siempre es mejor que castigar, que las personas merecen una segunda oportunidad, pero todo tiene un límite. Bastante se ha alertado ya a las personas sobre la peligrosidad de esta enfermedad que ha puesto al país en tensión. Entonces, creo ha llegado el momento de apretar clavijas con quienes hacen caso omiso a lo estipulado para este tiempo de pandemia.
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Pienso en la escasez y las colas; se promoviò el comercio electrònico y muchos de nosotros comprabamos por ahì, pero a raìz de esta nueva versiòn a decaido mucho y no nos queda de otra que ir a las colas para adquirir los alimentos y enseres necesarios, la posiciòn del personal de salud actualmente no es la idonea y la escasez de medicinas hace que tambien haya que perderse en una cola en la farmacia. No se que està pasando pero no me gusta nada ese crecimiento de la Pandemia en nuestro pais. Gracias
Si bien la disciplina del pueblo se ha resquebrajado, también es cierta que las fuerzas de orden público han disminuido su acción en cuanto a la imposición de multas y exigencia en las colas. Creo que ha quedado demostrado que la disciplina tiene que ser impuesta, no puede seguir dejándose a la espontaneidad y la conciencia de la población. Si no volvemos a la cuarentena estricta y el toque de queda desde las 7 de la noche, los servicios de salud colapsaran. El personal médico está agotado y frustrado al ver la indolencia de la población. De nada valen los esfuerzos de ellos y de la máxima dirección del país. Se impone la implementación de medidas más fuertes.
Hay que revisar las indisciplinas de los medios de comunicación. Ayer en 23 y M más de 8 invitados en el mismo set y sin nasobucos, nada de distanciamiento y según la anfitriona ella estaba cumpliendo con lo indicado. Quién vela por esto, dónde está la función educativa de los medios. El sector salud solo no puede revertir las estadísticas. Espero se revise mi inquietud
Es totalmente cierto las indisciplinas sociales son muchas las personas aún no consientisan el peligro de nada vale unos tomar medidas y otros siendo irresponsables las colas cada día peor es cierto que hay nec de resolver cosas alimentos en estos tiempos en casa pero acaso vale más eso que cuidarnos sobrevivamos el cobit con responsabilidad
Muy cierto pero aquí se piensa más en la opinión pública internacional que en la necesidad de ser bien severos con quien se lo merezca, he visto muchos casos en que merece la pena máxima y sin embargo no se le aplica, hasta cuando vamos a seguir pensando en que nos pueden tildar de voladores de los derechos humanos cuando las personas se ríen de las leyes y de las autoridades en franco desafío, en ocasiones hay que surrar al que se lo merezca y no andar con tanta mano blanda.