Foto: Martirena

Fueron los primeros .La voz corrió por todo el reparto. En cualquier lugar alguien comentaba con asombro. ¡Siempre hay cola! la mipyme de la zona 9 vende a precios menos caros. Diría que todo Alamar la conoce. Son negociantes, saben que cualquier cantidad de dinero, por pequeña que sea, hace la diferencia; atrae clientes.  Y aunque muy lento, han aparecido otros negociantes con algún producto distintivo, diría que haciendo prueba, bajan un tin los precios.

En una cuadra venden la unidad de huevos a 90 CUP y al lado a 87 y así otros productos como jabones de tocador, pasta de dientes y los codiciados espaguetis que con igual gramaje -a precio diferenciado- “a la alta (en el argot popular se entiende esta expresión)”; aunque en este caso las calidades son diferentes. Y una se pregunta ¿Apareció la competencia? y como respuesta tendrá un sí; pero indecisa.

Por supuesto aún quedan los que alegan “que si buscan lejos las mercancías; que si el dólar subió y que si…” Entonces, los negociantes a los cuales me refiero, los de los precios altos, decidieron vender productos no comunes en comparación con el surtido de los demás para justificar esos precios estratosféricos (suben más rápido que el dólar y el euro) a lo que se suma que no quieren vender por el código QR y exigen “porque hay que pagar en efectivo”. Incluso tienen un arsenal de otras justificaciones como “que hay que reportar a un teléfono diferente…”, en fin un enredo para confundir y evadir lo estipulado por la ley. Entonces dejan al cliente dos opciones: compra como ellos deciden o te vas.

No obstante; sí hay algo que señalar: la carne de cerdo importada tiene por acá distintos precios, que -aunque son elevados- hay diferencias (en el precio por libra) de hasta cien CUP; y eso es una pequeña luz, pues al parecer se están dando cuenta que los precios igualitarios dan pérdidas porque, me pregunto: ¿Para qué voy a caminar si al lado de mi casa (tal producto) está al mismo precio? Nada la competencia está aún indecisa. Espero que pueda sostenerse y andar.

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Gracias por la dignidad