Foto: Portal del ciudadano del gobierno de La Habana


Negocio es negocio. No hay “discusión”. Adquirí huevos a un precio el cartón (30 unidades) de hasta 2500 CUP, por debajo de lo exigido en otros establecimientos. Basaré este comentario en la contesta de a quien pregunté si el dueño era otro porque tenía iguales precios que los demás mercados. La respuesta fue: “Ellos compran huevos al mismo costo que nosotros y venden carísimo”. Respondí: “Negocio es negocio”, pero cualquier rebaja marca la diferencia. Seguro venderán más.

Invito a la reflexión. Respeto el criterio de la ley de oferta y demanda, pero si quien vende a precios más asequibles (no precisamente, muy bajos) tiene ganancias ¿Por qué deben llevarnos contra la pared?, como se dice popularmente, y me refiero a aquellos que no pueden comprar por el excesivo costo.

Por ejemplo, en la llamada calle ancha del reparto Alamar, en La Habana del Este, usted puede adquirir un litro de aceite en 750 CUP; un kilogramo de hígado de pollo a 850. Este último producto otros lo venden a 1 200 CUP ¡Tremenda diferencia! Al cuestionarlos, la réplica es: “La Mipyme donde compro es lejos, el petróleo es caro…”; mientras otros argumentan: “Si vas a La Habana, el carro te cobra 250 CUP, solo por la ida.

En la citada calle ancha, una libra de garbanzos cuesta 500 CUP, limpios y envasados (comprobé el peso); mientras en otras zonas del reparto tiene 50 CUP, por encima y con granos de mala calidad. Sigo preguntando, en los dos casos pagan impuestos, solo cabe pensar: ¿es real? “negocios es negocio”; pero hay quienes se aprovechan de la ausencia del Estado -en esos lugares- y exhiben productos a precios de “competencia” para engordar sus bolsillos. Pero, reflexione conmigo, cualquier rebaja propiciará más venta en menor tiempo. Y no voy a señalar que los negociantes y los que no pueden comprar tienen iguales derechos en este país.

Ver además:

Quince metros de cuadra