Su llegada sacaba de la cama a la prole de mi casa. Queríamos verla "apearse" de la yegua que competía en edad con su dueña: Bulica, una mujer llena de arrugas, de sonrisa de sol, que viajaba a lomo de aquel animal con un serón para llevarles a los hijos de su joven prima, torrejas de naranjas, pinol, casquitos de guayaba, coquitos, boniatos y plátanos maduros asados.

De “Mulas”, cafetal pegadito a la Sierra de Nipe, hasta Cañada Seca era su recorrido. Supe después, por mis lecturas de adolescente, que tal vez el Cuentero Mayor, Onelio Jorge Cardoso, pudo tomar su vida como fuente de inspiración para el famoso cuento de Francisca y la muerte.

En su cafetal conocimos los secaderos, los cocos indios, el nacimiento de un río, la magia de ver salir de las entrañas de las lomas un surtido de agua. Fuimos parte de la existencia de aquella familiar anciana entrañable... que puedo evocar tan solo cerrar los ojos y sentir la fragancia de la campiña oriental, impregnada en mil recuerdos de la infancia.

La parada estaba animada cuando -por la acera del frente- pasó una mujer alta quien levantó la mano en señal de saludo. Otra compañera comentó: “Esa mujer mueve el mundo..., cuando llega a un lugar y sucede algo ella trata de resolver”, y respondí: La conozco, era una deportista famosa, estaba en el exterior impartiendo clases, ahora tiene una niña y decidió crear un proyecto comunitario con niños autistas, dice que los padres están muy contentos y me invitó a verlos.

"No sabía nada", fue la respuesta.

Década de los noventa: pretendía tomar algún transporte. Un camión de esos “grandes” paró, el chofer inclinó el cuerpo abrió la puerta y dijo,: “Suba con cuidado que es alto, debo ir despacio por la carga”. Su cara reflejaba alegría y explicó que los cilindros de gran calibre eran para la construcción del Polo científico, del oeste de la ciudad, y yo sin entender sólo miraba a aquel hombre cuya cara reflejaba más esperanzas que derrotas.

Describía como si dominara los planos lo que es el primer polo científico que a partir febrero de 1991 impulsa el desarrollo de la biotecnología y la tecnología de avanzada y resuelve problemas de la salud, alimentación y exporta productos de alta tecnología. Tres épocas distintas, tres generaciones diferentes, todas enlazadas por el valor de la vida, pero la vida no tiene valor.

Respiro tranquila, es mayo, y el contorno serpenteante del litoral costero, me deja una mezcla del salitre y la fragancia de mis flores.

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