No concluí el closet -a pesar del esfuerzo que hizo un compañero, quien sí logró arreglarme el brazo de un sillón-; pero logré otros objetivos que me tracé en el año. Mirando por arribita este tiempo que concluye estoy tranquila porque en este espacio reflejé muchísimos problemas que preocupan a la población: La distribución de medicamentos, la recogida de desechos sólidos, los precios que fueron inamovibles, el café, sólo por citar los más traídos en cualquier conversación de vecinos o colas.

Por supuesto, mis colindantes continúan pidiendo que refleje que en la Tienda El Sol, en Alamar de la corporación Cimex aún no se distribuye el aseo como en las que agrupan la entidad TRD y aunque no es una asignatura pendiente como periodista si quiero recordarlo porque nosotros contamos.

El 2023 ha sido difícil, pero modestamente estamos organizando la celebración del fin de año, porque no tendré carne asada, pero algo haré con lo que aún siguen ofertándonos, mes a mes.

El 31 no será una fiesta por lo alto, pero tendrá nuestros condimentos. La risa, el cuento, el enfrentar dificultades, el brindar un trago con el que pasa por la calle, al vecino que a veces pasa tiempo y no vemos, desearnos salud, comunicarnos con los que están lejos, echar una lágrima por los que no están y otra serie de cosas. Solo le recuerdo tenga cuidado no le vayan a echar un cubo de agua.

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