La secretaria de Tribuna dijo: “Ana tengo para ti un paquetico con unas pastillas. Dice la mujer que las trajo que te hacen falta, que lo leyó en tu sección”.
Han pasado semanas de haber publicado el comentario “Hoja de ruta de un medicamento” y ahora estoy sorprendida con una donación de algo valioso para mi vida. ¿Cuánta preocupación le causé a la que tenía el medicamento y la que se ofreció ir hasta el periódico?
Confieso que he donado medicinas de las que trae una amiga que viaja con frecuencia. Por supuesto, aquellas que no necesito las llevo al policlínico; pero nunca pensé que sentiría tanta emoción al recibir un
medicamento para seguir llevando mi existencia.
Y esa es la génesis del cubano. No importa en cuál orilla habite, cuando sabe que alguien carece de algo y
está en sus manos, inmediatamente socorre.
He sido testigo de diferencias, contradicciones, desigual forma de pensar, credos; pero si hay otro cubano
enfermo es común observar la disposición solidaria para aliviarlo, salvarlo. Ante la crítica situación en que vivimos es muy importante no perder esa perspectiva, tanto para quienes vivimos acá como los que por cualquier razón tienen sus residencias en otras latitudes. Somos de una misma tierra y socorrernos como
seres humanos es una característica que nos distingue, y logra que otros se sumen para ayudar.
Confieso que sentí ese irremediable nudo en la garganta cuando supe que aquella mujer llegó al periódico con un paquetico y una carta que decía: “A: Ana Maura “Un día leí en el periódico Tribuna que usted tomaba este medicamento.
Tengo una amiga que me comentó que ella no lo tomaba, pues le habían recetado otro y quería dárselo a alguien que le hiciera falta yo me ofrecí para hacérselo llegar a su trabajo. Por favor no me gusta la publicidad”, subrayaba como para evitar lo que comparto sin decir su nombre.
Es sólo un párrafo de la carta que acompañaba una donación de Levotiroxina sódica de 100 mg y, aunque
no debo escribir su nombre, sí deseo agradecer a quien lo trajo y a la dueña de la medicina que no cobró siquiera el importe. Muchas gracias.
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Bonito y humano gesto
Cubanos al fin ,nos caracteriza la solidaridad .