Cuando comencé a trabajar en esta profesión siempre llevaba en mi cartera un bolígrafo, un lápiz y una hoja de papel. La noticia no podía cogerme desprevenida. Nunca prestaba el bolígrafo porque decía: “un periodista no puede andar sin sus armas de combate”. Como tengo buena memoria sólo apuntaba lo que me pudiera ocasionar alguna duda al redactar, pero sucede que sin darme cuenta o por lo menos no recuerdo cuándo; cambié la hoja de papel por una agenda.

Y lo curioso es que casi está llena de números: de pequeñas cuentas de multiplicar y restar. De medidas como gramos y mililitros.

¿Saben qué? Pues que siempre que compro algo comparo el contenido con el precio para ver si me conviene adquirirlo. Y es ahí donde comienzo a hacer de Pitágoras, pues según comentan en la calle: “en las redes (de la internet) afirman que el dólar está a tanto…” Entonces quienes venden productos y servicios, suben inmediatamente los precios y ahí tengo que sacar la agenda y resolver las matemáticas que por suerte domino aún.

Comprar una colcha de limpiar en el bulevar de San Rafael, en Centro Habana, resulta un termómetro: en una misma cuadra están a 192 pesos y a 200; pero lo cómico, resulta cuando escuché a mi hermano, sonriendo, repetir que una vecina le avisó sobre la venta -en una de las unidades destinadas al servicio de la óptica-, la oferta de colchas de trapear a 160 CUP. Él respondió, sorprendido, que debía ser en algún local al lado. La mujer (mirándolo como si fuera un extraterrestre) le rectificó...

Y así sale usted a la calle y no sabe qué hacer. El tema de los precios resulta recurrente; pero siguen en una vertiginosa subida como si fuera el globo de Matías Pérez. En medio de la turbulencia mercantil, algunos sacan permisos y revenden…, por lo menos cerca de donde vivo cada día hay más timbiriches, con de “todo” como afirma el dicharacho popular.

Recuerdo que, desde niña, para mantener el peso en correspondencia con mi talla, desayunaba ensaladas de vegetales al vapor, abandoné el hábito cuando el precio de cinco zanahorias asciende a 180 CUP, la calabaza a 50, la libra… Estoy segura que en este invierno no podré hacer crema de estos vegetales con apio; el bolsillo no me dá y a la agenda no le quedan hojas.

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