
No necesito comprar mlc para adquirir algunos productos como cervezas, café, mayonesa, papel sanitario, confituras, harina de trigo…, solo por citar algunos de los que más me apremian. Cada día hay más quioscos, carpas, timbirichis -en el entorno donde vivo- y, por supuesto, los precios reflejan ganancias multiplicadas en cuanto al costo del producto para el (re)vendedor y cierto “alivio” en el caso del comprador porque no tiene que hacer ningún trámite engorroso para adquirir los mlc.
Cuando usted observa que están algo elevados los precios (estamos obligados a cuestionar a Pitágoras porque la suma de los catetos nunca será igual al cuadre del “calculo” que sacó el (re)vendedor) quien dispara la desmesurada protesta frente al mínimo reclamo del cliente con una frase indigna para cualquier comerciante: “Sí, en La Habana pueden estar menos caro; pero tiene que pagar 200 pesos a un carro para ir… (ida y vuelta)”.
Y es entonces cuando usted se queda mudo ante la “sabiduría” de aquel remedo de Salomón capaz de petrificarte con una clave tan filosa como la espada de Damocles porque nos recuerda el llamado fatalismo geográfico: vivimos en Alamar.
Lo cierto es que donde menos uno se imagina hay un timbirichi con venduta de algo… y no olvido el día
que mi hermano -que aún no leía correctamente- llegó a casa y dijo: “Mamá, dame un kilo (centavo de la época, con valor a mediados del pasado siglo) para comprar un durofrío de aguacate” y yo, muerta de risa, respondí: “No, en ese letrero lo que dice es durofrío, hay un punto gramatical y luego dice aguacate”. Por supuesto, él no conocía aquellos signos.
Incluso, a propósito de esta anécdota que comparto, no he olvidado el lugar donde los vendían y cuyo dueño
de nombre Julián era muy humilde y con esa venduta se ganaba su misérrimo sustento. Y hago la referencia
porque pienso: ¿Se enrumba una economía comprando para revender? ¿Qué producen esas personas que quieren “sobrevivir”? ¿También me cuestiono qué impuestos pagan…, para exigir tales precios? Supongo que deban ser tan altos que yo pueda taconear por las calles sin baches con los aportes de estos al presupuesto estatal.
Y hay algo que seguro preocupa a otros, el entorno de la ciudad va cambiando y diría más afeándose, porque todos los lugares donde se expende algo no tienen, a mi juicio, la vista o ubicación ideal según los edificios
que los rodean. Para eso pienso que, en algún momento, tendremos una respuesta.
Por ahora, seguiré -según me den los cálculos- comprando a esos revendedores que según afirman “tienen
un negocito para ir tirando…”, y en ese agujero negro voy tirando (con) mi salario.
Vea también:
Es importante recordar que las tiendas MLC no producen. Son entidades del estado que compran y revenden hasta con 270% por encima del precio real y con ganancias muy interesantes. Y pocos artículos hemos visto al respecto en la prensa. Ahora los particulares hacen lo mismo solo que venden en CUP y no en MLC. Sus altos precios tienen que ver también con la inflación generada luego del reordenamiento. Es algo a tener en cuenta también en estos análisis.
Si todos nos hacemos esas interrogantes, el oficio de revendedor es uno de los más lucrativos, que invierte la pirámide salarial,de médicos ,profesores, artistas etc, quienes abandonan sus profesiones y buscan oportunidades en esa otra vía de ingresos más prospera, pero gracias a tener esa alternativa podemos sobrevivir.....Como solucionar esa deformación económica que compromete el futuro.? La solución no se percibe a corto plazo
Cada vez que leo o escucho un comentario comparativo del por qué tanto privado tiene que justificadamente vender al mismo precio o superior que una tienda MLC, me pregunto si estos privados también cogen como lo realiza nuestro estado ese MLC para adquirir los productos que luego se comercializan a módicos precios en CUP por las mismas cadenas de tiendas sin discriminar a ningún cubano sea este de la misma MIPYME o TCP que clava el diente con todo para seguir justificando su modo de operar o de vida que muchísimos se la están dando aprovechando la situación imperante, que lejos de bajar los precios con la propagación de estos timbiriche por todos lados sus productos siguen siendo extraordinariamente caros e inaccessible para una gran parte de nuestra población, el hecho de que exista una oferta por la vía privada no puede ser esta la única ya que solo está dirigida para un segmento privilegiado de la población.
Felicidades para los que de sólo su salario pueda comprar cerveza. Mayonesa y demás cosas los precios son abusivos y es el único lugar donde se pueden encontrar estos alimentos
En la Plaza de Marianao el kg de queso por el estado cuesta 639 cup.