Foto: Abel Padrón Padilla

Múltiples han sido los pasos para lograr el proceso de informatización de la sociedad cubana. Y en no pocos casos, ya se aprecian resultados, no exentos de trabas o limitaciones materiales objetivas, que cuando se combinan con la subjetividad en su aplicación, nos traen no pocos dolores de cabeza.

Hace apenas unas horas, la Corporación Cimex anunció en su página de Facebook la decisión de incorporar un nuevo medio de pago para la adquisición de combustibles en la red de Servicentros, mediante la Tarjeta Chip Recargable.

Más allá de si el momento es el adecuado o no, tomando en cuenta que las dificultades en la movilidad de la personas se han agigantado y de acuerdo con la nota de Cimex hay, al menos en La Habana, un solo lugar para adquirir la tarjeta, lo que parece absurdo es que al final de la nota se diga textualmente:

Ante cualquier duda o reclamación puede contactarnos mediante nuestros medios de atención al cliente:
Número Único: 80000724
Correo: atencionalcliente@cimex.com.cu

Y cuando se contacta, al referido teléfono, en este caso, para conocer si con las tarjetas magnéticas de salario u otras de las emitidas por los bancos cubanos, puede hacerse la operación, las personas que están obligadas a ofrecer la respuesta, digan que solo están ahí para recibir quejas". Y agreguen que para cualquier duda debe uno visitar al Joven Club de Computación más cercano.

Así, en serio, la Corporación Cimex aspira a cumplir con los llamados de la máxima dirección del país a informatizar los procesos. ¿No pueden preparar, capacitar, orientar a quienes tienen la responsabilidad de atender al cliente para que ofrezcan respuestas a las preguntas más comunes de quienes llamen? ¿La solución es decir a quien llama que marque el 113, "donde le dirán adonde debe llamar"? ¿En medio del proceso de informatización que lleva adelante la sociedad, es racional que no se encuentre una simple respuesta, en un número público, que la propia institución ofrece para comunicarse con sus clientes?

Los tiempos que corren son muy complicados por las limitaciones conocidas por todos. En este tema del combustible se han tomado diversas experiencias, como la aplicada en el servicentro El Tángana, que tan buena aprobación ha tenido. Aparecen otras que no funcionan por igualmente diversas razones y hasta comprensión ha existido por parte de quienes están necesitados de acceder a esos servicios.

Pero lo que no puede comprenderse es que teniendo las herramientas a mano, sigamos por los caminos analógicos y no entendamos que la Informatización es también hacerle la vida más llevadera al ciudadano y favorecer la agilidad, la información y la transparencia de las instituciones. Esos serían cambios que todos aplaudaríamos.

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