Foto: Roberto Garaycoa

Estoy acostumbrada a que esa amiga llame para preguntar cómo estoy, o decirme: hace días no echamos una parrafada, fulano te espera para colar un café, o dice simplemente, Ana maurita no te pierdas.

Pero un día que estuve muy enferma y a sabiendas que vivía sola llamó y dio este recado “mis hijos dicen que ante cualquier situación ellos van para tu casa”. Di las gracias y luego me dediqué a reflexionar. Conocí a esta familia por mi esposo. Aún no iban a la primaria los hijos cuando comencé a visitarlos. No se parecían, ni se parecen entre sí. El mayor a mi juicio era y es muy serio para su edad y el pequeño se convirtió en mi “preferido” por ver en él a la niña traviesa que fui. Pero los dos llevan el sello de los padres que los educaron. Son universitarios en carreras tan disímiles como Historia y Economía, pero increíblemente el economista persigue temas históricos como los armamentos y mapas de contiendas bélicas.

Un día la vecina María Elena dijo: estoy esperando a… me encanta que me hable de historia, su manera de contar es increíble. Sólo dije ¿tan pequeño?. Ahí estaba la semilla de quien hoy es Doctor en Ciencias Históricas y Máster en Estudios Interdisciplinarios de Cuba, América Latina y el Caribe y profesor del Departamento de Historia de Cuba de la Universidad de La Habana.

Ese niño serio, adulto ya, saluda con una sonrisa, cuela café, hace un té exquisito, y va a una cola, pasa a su lado como un cubano de a pie, a veces le digo "espero que tengas todos los méritos reconocibles antes de que seas muy mayor".

Cuando voy a su casa a buscar libros y ante la interrogante de un autor, sus padres responden ,,!Ah!, imagínate esos libros están ordenados según … y yo rebusco, y segura estoy que cuando él revisa pregunta quien metió las manos en sus textos, pero nunca me han negado la dicha de llevarme un libro de la amplia biblioteca. Tiene libros de poesía para que su hermano menor no me diga " los libros que mi hermano lee solo le gustan a él " y causa a la risa colectiva en medio de la sala de la casa.

Hace poco, luego de leer un libro sobre la llegada de los franceses a Cuba y la siembra de café en la zona santiaguera de la Gran Piedra, fuí a la casa de mis amigos y dije por favor díganle a …que escriba todos los días una cuartilla sobre la sociedad cubana actual. Cuando llegue a mi edad tendrá un libro porque creo que se está perdiendo una parte importante de la historia que sólo aparece en obras de teatro y cuentos y no quisiera que suceda lo que a mí con este libro de los franceses en Santiago de Cuba, del que sólo leí lo que sé y realmente creo que de esa época falta mucho por saber. La respuesta fue: está escribiendo.

Ese niño para mí muy serio es hoy el reconocido historiador Fabio Fernández Batista y que me perdone por sacar a la luz todo lo sensible que es como ser humano .! Ah! gracias a los padres que los educaron.

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