
Una amistad comentó que no tenía costumbre de celebrar su cumpleaños y le dije te festejaré con una comida que te será inolvidable. Como disfruto la cocina adobé, con mucho tiempo, varios cuartos de pollo. Los puse al horno donde se combinaron los olores, sabores y la presentación.
Preparé una crema de lentejas y una ensalada mixta de una exquisita col china, rabanitos, acelgas; coloqué remolachas y algo de pepinos. Aunque el invitado no es muy vegetariano se interesó, durante la conversación de sobremesa, por el punto de venta donde había comprado esas hortalizas. Le conté que provenían del organopónico de la zona seis, de Alamar. Un sitio en el cual, en una época no lejana habían dejado de ser un ejemplo de producción de vegetales y hortalizas; tenía tanto deterioro que solo podías encontrar algunos condimentos y espinacas.
Aquella reciente mañana era tal el surtido que, al mirar a la dependienta sonreímos, y ella (muy atenta) dijo: “Todo es de aquí…” y un cliente habitual agregó: “Si se asoma al lugar de la cosecha, comprobará que es precioso el paisaje”.
Ofertaban tomates, rábanos, cilantro, cebollinos, lechugas, acelgas, berenjenas y los precios; aunque no son los deseados de antaño tampoco resultan un atentado al bolsillo de quien desea comprar, por ejemplo, una libra de tomates de alta calidad (45 cup), mientras la de zanahorias se detiene en el 30.
Si comparamos estas cifras con el precio del mazo de la exquisita hortaliza, en más de cien pesos, entonces podemos cuestionar aquellos que escuchamos en los pregones de revendedores en su desmedido irrespeto para justificar el “alto de su vara” porque los productores han incrementado sus costos.
En el caso del organopónico se entiende la necesidad de tener en cuenta y de primera mano, un precio que resulte viable en el escenario económico actual. De lo contrario ¿cómo pagaría a los trabajadores?, ¿cómo tendría dinero para invertir nuevamente? Por ejemplo, en un punto de venta, frente al parque de diversiones de Alamar, Marta la productora, en un pequeño terreno cultiva varias especies de hortalizas y vegetales. Los comercializa a precios muy bajos y es cuando vuelve mi curiosidad sobre las ventas de altas cifras, porque nadie trabaja para perder.
Cada día los precios parecen escalar con una celeridad que ni siquiera se pueden justificar con las dificultades económicas. Ninguno puede alegar que si subieron los combustibles o la electricidad porque hace mucho que el Estado reguló los precios de los insumos a los agricultores con el fin de incrementar
las producciones.
No soy economista ni cuestiono trabajo ajeno, pero no hacen falta tractores ni grandes insumos de fertilizantes, sino voluntad, creatividad e inteligencia para hacer producir patios, terrenos baldíos como han demostrado aquellos que apuestan por la fortaleza de la agricultura urbana y suburbana en cualquier área cultivable de la capital.
Otras informaciones:
Es imposible alimentar o surtir a más de 2 millones de habitantes con la agricultira urbana, eso es válido para poblaciones pequeñas pero para grandes ciudades SI hacen falta tractores, sistemas de riego, fertilizantes para poner a producir la tierra a gran escala. No creo tan válida esa idea para toda una ciudad!!!
Los precios los establecieron Los marcianos, y Ya nadie se ocupa que se cobre lo justo, en todas las actividad cada quien se toma el derecho de poner el precio que quiera y lo toma o lo dejas, transporte, alimentacion, comercio, gastronomia,en fin. no vemos hasta donde va a parar esta subida desmedida de precios
La cuenta no es tan sencilla. La producción sin tractor ni fertilizantes tiene agregado un valor referente a la inflación. Y el productor debe agregarlo. Para entender mejor basta con decir que cuando el productor compra pan o coge un transporte debe alcanzarle para pagarlo.
Hola, quisiera comentar por esta vía algo que me tiene angustiada y preocupada. A partir de la semana anterior, aproximadamente el miércoles 15 de febrero, comenzó la venta de pan liberado en la panadería del Reparto Veracruz, municipio de San Miguel del Padrón. Lo compré el miércoles por necesidad pero ya no puedo comprar porque resulta que el precio es a 10:00 pesos un pancito redondo que dicen debe pesar 50 gramos, a la vista no tiene ese peso, pero así están las cosas. Yo no entiendo como se decide algo así en un producto que es esencial en la dieta de los cubanos, cada día y varias veces en el día. Comprendo que para aliviar la reventa ilegal de esos mismos panes por los aprovechados que andan en la calle pregonándolos, varias personas lo compran más o menos bien a ese precio de la panadería, pero los que no podemos darnos ese lujo, nos sentimos muy mal porque también tenemos familias y duele muchísimo, se los digo por experiencia propia, ver los panes y no poderlos comprar, no hay salario que soporte algo así. Pienso que eso hay que revisarlo pero ya porque al parecer no se pensó en los ancianos que están jubilados y en cualquier persona que no pueda sostener algo así para sus hijos. Si es que además en las panaderías especiales de a Cadena del Pan se vende el pan de ajo a un precio de 4 y pico a 5 pesos y el de molde a 20.00 pesos, entonces como es posible que un solo pancito cueste 10 pesos, es una burla y una falta de respeto a la población.
Quiero ubicar aquí un criterio que tengo con relación al pan libreado de las panaderías en que se vende el pan de la cuota. Es algo que no puede ser sostenido por muchas familias, en mi caso particular solo puedo comprar una o dos veces al mes tan preciado producto porque son 10.00 pesos cada pan y lo peor es que es idéntico al de la libreta. Hay muchas personas que necesitan comprarlo más seguido porque tienen niños(as) y jóvenes en casa que por necesidad de su organismo consumen más de dos panes al día. Entonces es preciso que esto se trate para bien de todos los habaneros y habaneras.