
Aquella pregunta fue lanzada al aire por una mujer alta, elegante, con gafas de sol y nasobuco. Cuando le pedí que dejara su rostro libre, dio un grito y dijo: “¡Ana, soy Adita!”. Imposible de reconocerla. Cincuenta años sin vernos y estábamos allí para un rencuentro con antiguos compañeros del preuniversitario. Era un grupo amplio, todos de la tercera edad, egresados de diferentes cursos que iban desde los años 60 del pasado siglo hasta finales de los 70, cuando el preuniversitario Carlos Marx dejó de funcionar como tal.
Entre las calles 190 y 21, del reparto capitalino Siboney, frente al edificio donde estudiábamos, fue la cita. Miles de recuerdos ¡Qué algarabía! No conocía a nadie. Me dio por reír. Nos fuimos identificando, la mayoría eran médicos y estomatólogos, también profesores, economistas, ingenieros que estudiaron en la antigua Unión Soviética.
Descubrí con orgullo que un compañero de mi grupo fue el ingeniero principal en las construcciones de las terminales de azúcar a granel de Boquerón, Puerto Carúpano y Matanzas.
Varias generaciones que aportaron beneficios desde sus iniciativas creativas como profesionales; mientras otros impulsaron desde sus especialidades la economía y la sociedad en su conjunto y con sus saberes ese día se reunieron para celebrar, en medio de los chistes de quienes llegaron con un cartel o foto identificativa.
Contamos historias fragmentadas por la distancia. Las jornadas de marchas de aprendizaje, casi militar, las idas en ómnibus escolares al cine, en jornadas nocturnas, las clases por televisión y las campañas masivas de vacunación. Ese domingo volvimos a ser los alumnos del Carlos Marx sin que nadie pudiera quitarnos el derecho a regresar a nuestra adolescencia.
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Mi padre también me contó que estudió en este Pre. Su nombre era Jesús de los Milagros Cardoso Zambrana. Muchas anécdotas de aquellos años. Hacía historias de un profesor de matemáticas (chino) que siempre tenía una frase " lo que natura no da, salamandra no presta), refiriéndose al hecho de que quien no era inteligente de nacimiento no lo era nunca. Mi padre murió en diciembre de 2022, si viviera tuviera muchas anécdotas. Aunque sus padres eran de Pinar del Río en esta etapa él vivía en casa de una tía en G y 17 en el Vedado.