Foto: Tomada de Redes Sociales

El pollo, lo principal, llega en barco y mantiene el precio. Los vegetales se producen acá y los costos fluctúan.

Cuando comienzan las cosechas casi siempre, a finales de noviembre, es lógico que los precios sean altos porque la demanda es mayor que la oferta pero a partir de enero van descendiendo y, contrario a lo de años anteriores en la actual temporada siguen disparados y por mucho que usted camine no encontrará acabaditos de cultivar ni días después algún vegetal barato o por lo menos con cinco pesos menos. Incluso en las tardes a punto de cerrar ahí está la lechuga marchita, las zanahorias y remolachas perdiendo su brillantez, los pepinos con arrugas, y los precios en su pedestal.

La realidad es que nadie siembra lo suficiente porque usted no ve a ningún mercado con abarrote de vegetales, solo lo que está a la vista. Nadie que recolecte en abundancia puede guardar ve-getales si no tiene lugar para preservarlo. Ahí está el primer problema, además, y por muchos patios y terrenos baldíos que se siembre los “dueños” cultivan lo que les da dinero o plantan los que creen mejor. Aunque en honor a la verdad algunos regalan a sus vecinos de sus cosechadas. Y en medio de todo esto yo sigo pensando en mi sopa de vegetales.

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