Cuando laboramos por años con otras personas, se tornan como familia en ese diario bregar de trabajo, intercambios, reuniones, actividades…, y llegan a ser una parte insustituible de nuestra vida.
La pandemia nos ha obligado a muchos a recurrir al teletrabajo, y hemos dejado de compartir hombro con hombro, conversaciones, en ocasiones interesantes; quizás, por momentos banales, pero siempre familiares, chistes, anécdotas, historias…, mirándonos a los ojos y de frente, con aquellos tan entrañables seres que han sido parte insoslayable de nuestra existencia por lustros.
Nada existe que pueda sustituir ese fraternal modo de comunicarse; jamás será lo mismo hacerlo de manera virtual o por teléfono.
La experiencia de un reencuentro por algo impostergable, me hizo sentir esa ansiedad del corazón de volver a ver a esos que hacía bastante no encontraba personalmente.
Ni deseo recordar la impaciencia y los latidos del espíritu por abrazarlos como antes de esta letal enfermedad. Pero, ¡no!; era totalmente imposible por el bien de todos y cada uno. El mal, acecha, sin mostrarse, sin síntoma alguno la mayor parte de las veces, y tuvimos que detener los impulsos, y estrecharnos las manos o abrazarnos hondo con las miradas y las sonrisas, únicamente mostradas tras el protector nasobuco.
Ya llegará el momento idóneo para ese imperioso llamado que hace el ser hacia quienes aprecia de veras. Para poder volvernos a hallar, para estar vivos y que regresen las risas y las ganas,este es el momento de preservarnos, aunque cueste mucho, aunque la esencia implore por el contacto más profundo, de resistir y lograr la magia de un mañana seguro.
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Tenemos que ocuparnos de las cosas Y no hacer cosas que ya molestan como salud publica que todos los días pasa haciendo las mismas preguntas hasta cuantos baños hay en la casa hoy los nombres de las personas parece que estan desactualizados o botan los papeles y nada de eso ayuda a resolver el problema y solo.molesta a las personas una cosa es preguntar si alguien tiene fiebre a preguntar todos los dias cuantas personas viven o es que las personas se mudan todos los dias Dan la impresion de una total desorganizacion
Quisiera saber quien decidió poner las famosas HOJAS DE TRABAJO? Será necesario con tan buenas teleclases tener mas personas en la calle, gastar recursos y enredar más a familias sin herramientas didácticas? Es eso pensar cómo país? Y encima ya hay maestros que al tener q justificar su visita a la familia amenazan que por las hojas darán la evaluación. Con tanta falta que hace atender a aquellos cuyas familias ni se ocupan que vean las teleclases. En esos es en los que debemos esforzarnos. Cuenten conmigo que yo también pienso como país.