Este sábado la bodega, donde realizo mis compras de la cuota normada, no abrió a la hora señalada. En derredor varias personas expresaban su malestar con los rostros compungidos, otros comentaban sobre la Marcha del Pueblo Combatiente; mientras algunos hacían referencia al discurso del Presidente de la República en la Clausura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, con una sentencia: “La exigencia de la disciplina y el control son de los problemas que debemos enfrentar”.
Durante la espera pude hacer mis conjeturas –dentro de la subjetividad-, pero con ciertos argumentos compartidos con las experiencias de mis vecinos. “No hay cartucho como antes, pero te roban igual, porque no puedes ver lo que registra la pesa electrónica…” y ponían ejemplos de la sal, un poco mojada y lo más importante, el tiempo de espera para el despacho, oscilaba en los diez minutos.
Por supuesto, el bodeguero había llegado casi dos horas después de lo señalado en la apertura del establecimiento. Sin embargo, respondió a la interrogante de cuándo cerraba con una expresión lacónica: “¡Como siempre!, a la una (de la tarde).
Entonces la mujer que interrogó, hizo una expresión que corroboraba su intención de “marcarlo”, como decimos en el argot popular. “Es una fiera, ahora tumban con el tiempo…”
¿Tumban?, me pregunté. Y tal parece que me leyó el pensamiento. “Sí, hoy es sábado y algunos envíos tienen fecha de caducidad para comprarlos” y otra alerta que me sirvió cuando estuve frente al mostrador: luchar contra el “olvido” de quien se hacia el majá pintón y no colocaba todo lo apuntado y cobrado, con una sonrisa hipersónica. “…se me olvidaba”.
Salí con un estribillo en la cabeza: “Se acabó el cartucho/ cuidado con la pesa/ si te mareas en el mostrador, te pasan la cuenta”. Y pude alcanzar a escuchar cuando el dependiente señaló al último de la cola que terminaba su horario con él.
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Aunque no soy bodeguero, si le puedo hacer una aclaración al periodista Raúl Dan Miguel respeto a su comentario titulado Fuera de horario. Es fácil emitir opiniones negativas y destructivas referente a un servicio, y más aún con desconocimiento de la actividad que realiza un bodeguero, investigue primero para luego publicar opiniones negativas, del porqué ese compañero abrió fuera de horario, usted dispone de 30 días + o - para comprar su canasta básica, entonces tendríamos que averiguar porque usted no fue antes de ese día a buscarlos, pero si usted va a publicar los comentarios de alguien, que está en todo su derecho de expresarse, su columna necesitaría más de una página. Me parece que hacer público el robo de una entidad estatal, no esté el medio donde tiene que resolverlo y menos para ventilar si la sal está mojada, usted sabe muy bien donde dirigirse teniendo todo el derecho al reclamo. Cómo usted expresa, el tiempo de espera es debido a la cantidad de controles que lleva un bodeguero y que exige la UEB de ese municipio. A la pregunta del cierre se tiene que haber dado cuenta de ser una pregunta burlona, pues las unidades tienen bien definido su horario y es de conocimiento de todos los consumidores, claro, a excepción de usted. Referente a la pesa, tiene el derecho a observar, rectificar y reclamar, si no lo hizo en su momento es porque usted es de las personas que dejan que las cosas pasen para luego arrancarle las tiras de pellejo públicamente a una persona Su artículo es destructivo, ofensivo, chismoso y fuera de contexto y debería titular lo de esta manera FUERA DE CONTEXTO Tenemos que construir, no destruir, más cuando se trata de un ser humano. Usted debió dirigirse a otras instancias e investigar antes de publicar un escrito tan denigrante, más aún viniendo de la pluma de un letrado.
A ese bodeguero hay que convertirlo en un cuadro abnegado para servir al pueblo
Roberto, me parece que es usted quien vive parece que vive fuera de Cuba. Existirán muchos mecanismos para denunciar estas indisciplinas, pero lamentablemente todos están corruptos y los consumidores estamos desprotegidos. El Pueblo no debería sufrir estás fallas porque para eso existen los inspectores corruptos. No todos abren tarde, pero hay algunos que hacen lo que les da su gana. Los bodegueros saben todo de los consumidores, pero nosotros ignoramos a veces hasta el nombre de ellos, cómo fué que llegaron a ese puesto de tanta responsabilidad, dónde estuvo antes, etc Por ejemplo, el bodeguero que me toca, logró que le dieran parte de "su bodega" e hizo una vivienda a todo meter, de 2 plantas, 2 split, etc Ya todo el mundo sabe que él abre pasadas las 10 y a esa hora lleva a la mujer de turno a algún lugar. Antes de esa hora, se ve goteando el split del cuarto, lo que significa que el susodicho está en la cama. De casualidad me enteré que la madre trabaja en la oficina. Es amigo del personal de Comercio Interior de esta zona. Lo visitan personas con uniforme y han visto que sacan sacos con algo de dicha bodega. Dicho infeliz bodeguero, va a enfrentar a todo el que él piense que le hizo una denuncia. Todas las pesas están puestas de manera tal que los consumidores no vean el peso Así que Roberto, pienso que es usted quien está equivocado. Este periódico lo lee todo el mundo. El periodista es un consumidor que sufre al igual que todos los consumidores. El tema de las bodegas es un mal generalizado, así que de nada vale hacer una denuncia donde dirán tu nombre, al bodeguero lo sancionarán un mes y la vida seguirá igual, pero ya usted estará señalado por chiva.
El gobierno sabe muy bien que todos esos bodegueros y carniceros no son las mejores personas por no decir lo que son, porque el gobierno no hace una selección nueva de personal decente y honesto para estos puestos, recursos en manos.....allá va eso.
La réplica de Roberto suena a muela barata.