Palabras de fuego

Sonríe y en su mirada contiene la emoción de cada palabra que emerge como el fuego. “Me abrieron el pecho para reparar mi corazón en octubre del pasado año. Comenzaba a recuperarme cuando supe de la desaparición física de Fidel… quien construyó la obra más grande de todos los tiempos: La Revolución Cubana”.

Después el silencio, en ese intervalo eterno que oprime el pecho y anuda la garganta. Reafirma su expresión con el recuerdo de su niñez y adolescencia en una familia humilde de la barriada del Cerro, las misiones cumplidas, los viajes junto al Comandante en Jefe: “ejemplo de sencillez, modestia y servicio al pueblo”, asegura este oficial jubilado de la Contrainteligencia cubana.

El diálogo apenas comienza y queda trunco en el portal del Círculo Infantil Goticas de rocío, en el municipio de Playa, sede del Colegio Electoral No. 10. La evocación del pensamiento de Fidel, sacude la memoria, la frase de este combatiente de la Seguridad del Estado no es una hipérbole.

“Pienso en David Elósegui, quien tuvo el privilegio de integrar la escolta del Comandante en Jefe, el amigo (ahora jubilado) que llama a mi oficina para solicitarnos un reportaje a los médicos y personal del policlínico Luis de la Puente Uceda, en el municipio de Diez de octubre, donde funciona un departamento de fisioterapia cuya excelencia la establecen profesionales capaces de ‘hacer el milagro de restaurar la salud de personas severamente afectadas’, refiere.

“Evoco aquel momento en que el Líder de la Revolución Cubana visitó la sala de cardiología del Hospital William Soler y, detrás de un cristal, observaba cómo reanimaban el corazón de una niña entre las manos de la intensivista que –años después en una conversación entre amigos- me contaba el gesto de angustia de Fidel.

“A los hombres y mujeres que felicitó el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el aniversario 55 de la Contrainteligencia Militar, protagonistas de páginas gloriosas en la entrega incondicional a la defensa del pueblo y su Revolución”.