
"La verdadera medida de un hombre no está en cómo se comporta en momentos de comodidad y conveniencia, sino en cómo se mantiene en tiempos de controversia y desafío." (Martin Luther King)
En Cuba, durante los días oscuros del apagón nacional, se alzaron verdaderos héroes anónimos. Los trabajadores eléctricos, bajo la lluvia inclemente y el sol abrasador, se convirtieron en faros de esperanza. Sin descanso, con la determinación grabada en sus rostros, tejieron un puente de entre la penumbra y la esperanza, devolviendo la energía a los hogares y el latido a la nación.
Al otro lado de esta hazaña, la resiliencia del pueblo cubano se alzó como una fuerza imparable. Familias enteras, privadas no solo de electricidad sino también de agua, se adaptaron y resistieron con valentía admirable. La oscuridad se convirtió en un lienzo donde se dibujaban historias de solidaridad y fortaleza, donde cada vela encendida representaba no una luz en la noche, sino un símbolo de comunidad y resistencia.
El regreso de la luz no solo marcó el fin de la oscuridad física, sino también un renacer del espíritu comunitario. Los aplausos y vítores que acompañaron el retorno de la electricidad fueron un eco de gratitud hacia aquellos trabajadores incansables y un reconocimiento a la indomable fuerza de la nación.
En cada chispa que volvió a iluminar los hogares, se reflejó la promesa de un mañana mejor, construido sobre los cimientos de la unidad y la perseverancia. El incansable esfuerzo de los trabajadores eléctricos continúa en las zonas de Cuba más afectadas por el ciclón, donde la destrucción dejó a su paso oscuridad y también un rastro de devastación.
Estos héroes anónimos no han cesado en su empeño, enfrentando nuevos desafíos con la misma dedicación y valentía. Su labor titánica restaura también la esperanza de comunidades enteras, reafirmando su papel como los verdaderos héroes en esta adversidad. Un gran aplauso muy merecido para estos trabajadores que bajo riesgos hacen una labor sin horarios que vale la mayor consideración de nuestro pueblo.
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Felicidades Y también creo que el salario debe ser mucho mayor en estos tiempos de mucha entrega y sacrificio. En mi localidad se invirtió mucho dinero para reparar bodega y farmacia y otros locales y después han destruido para abrir Mipymes y otros proyectos. Ese millonario dinero que se invirtió hubiera sido mejor utilizado para jubilados y otras personas Continuará