
Como un río que fluye serenamente, la vida, después de los 60, se desliza con una calma que solo se alcanza de haber navegado por las turbulentas aguas de la juventud. En esta etapa, el corazón se convierte en un faro que ilumina los momentos simples y cotidianos, transformándolos en joyas preciosas.
Una taza de té compartida con un amigo llega a ser un ritual sagrado, y una caminata al atardecer se siente como un poema escrito por el sol en el horizonte. La plenitud se encuentra en la capacidad de apreciar la belleza en lo pequeño, como un pintor que encuentra inspiración en cada pincelada de la vida diaria, creando una obra maestra de simplicidad y gratitud.
La vida, a partir de los 60, es como un libro abierto, donde cada página está llena de sabiduría y serenidad. Es un tiempo para abrazar la quietud y escuchar el susurro del viento, que trae consigo historias de tiempos pasados y promesas de futuros tranquilos. Sin la carga de las grandes posesiones, el alma se siente ligera, libre para volar como un pájaro que se eleva hacia el cielo, disfrutando de la vista panorámica de una existencia vivida con autenticidad y amor.
Después de décadas de dedicación y esfuerzo, la vida se convierte en un merecido descanso, donde la pensión es como un suave colchón que nos debe sostener cada día con dignidad y tranquilidad. Es el derecho ganado por años de trabajo, un reconocimiento a la constancia y al compromiso.
Debe ser una existencia sin preocupaciones, donde cada amanecer trae consigo la paz de saber que lo esencial está asegurado.
Los esfuerzos del Estado para garantizar una atención a estas personas, e incluso a los vulnerables, requiere de la erogación de millones de pesos para garantizar los alimentos que reciben en los SAF; frente a la imposibilidad de ofrecer beneficios que -antes del recrudecimiento del bloqueo genocida de Estados Unidos contra el pueblo de Cuba- podían disfrutarse.
Es triste verlos, hasta con bastones, en colas interminables de la farmacia, marcando por días para obtener el medicamento prescrito en el tarjetón. Incluso, muchos –después de la jubilación- deciden continuar trabajando para enfrentar los desmedidos precios a bienes y servicios.
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Ya Ud lo escribió....Debe ser una existencia sin preocupaciones, donde cada amanecer trae consigo la paz de saber que lo esencial está asegurado Tristemente no lo es.
Muchos escriben sobre el tema de los jubilados y sus magras pensiones y necesidades y urgencias económicas cada día, cada segundo que pasa más crecientes y no aparecen oídos receptivos por parte de organismos y autoridades competentes. Urge un aumento de estas pensiones a estas personas que lo dieron todo en su vida laboral y política, por ellos avanzamos, no merecen vivir de forma tan precaria. Estas pensiones no cubren siquiera una semana de gastos con los precios actuales y el SAF todos saben que no es remedio y mucho menos solución. López Obrador en México aumentó salarios mínimos y no subió la inflación. Algo tenemos que hacer. Urge hacerlo ya. Para colmo como explica la periodista, muchos se reincorporan a su centro y cuando reclaman el cobro de antiguedad les vetan ese derecho ganado con argumentos tontos y son obligados a seguir pagando una Seguridad Social que desde hace años pagaron y saldaron.
Es triste pero real la situación de los jubilados, entre los cuales me encuentro.
Todo está escrito con claridad; pero la realidad es que los jubilados de 1500.00 están pasando hambre y necesidad de artículos básicos elementales que necesita un ser humano, su estado de deterioro es evidente porque con esa jubilación no tienen alcance a los precios que el Estado y las mipymes le ponen a los productos. Y la pregunta popular del momento es "cuando bajarán los precios para comprar las cosas necesarias y volver a ser personas"??? recuerden "no sólo de pan vive el hombre" Gracias
Hola buenas tarde hermosas palabras para tan triste realidad que la tan llamada pensión después de tantos años de trabajo, no les alcance para sus necesidades mas bitales. Porque 1500 peso y hay quien cobra menos. No les da ni para lo básico. Por todo lo que sabemos. Linda tarde. Bendiciones.