Yo, que converso en las paradas, en las colas, en los lugares donde escucho cómo gira la ciudad y específicamente el municipio donde habito: La Habana del Este, fui sorprendida por el canal Cubavisión Internacional, en el que reviso programas. Estoy segura de que muchos coterráneos también se preguntan por qué no se explotan los medios de difusión masiva
para divulgar que la vida fluye más allá de necesidades perentorias como la comida, el agua, la luz y el gas.
Fue por Cubavisión que conocí del proyecto que desarrolla la localidad de Cojímar en relación con el litoral costero, y también de otros como el de la Picana, en función de la Bahía de La Habana. Por supueso, acerca de la preocupación por el medio ambiente debemos citar los proyectos de la Quinta de los Molinos, en pleno corazón de la ciudad, por solo citar algunos donde participan niños, jóvenes con limitaciones físicas motoras, síndrome de Down; o el plan de niños autistas que benefician a sus integrantes y a las familias.
No debemos olvidar los cientos de grupos de coterráneos que practican el taichí, fundamentalmente personas de la tercera edad. Sencillamente no divulgamos esos remansos de paz que tenemos. ¿Es tan difícil darlos a conocer? Entonces cuando una “mancha negra” toca la ciudad se hace viral y no es que neguemos que tengamos manchas, es que por no aprovechar la divulgación de nuestras luces otros se prove chan para multiplicar las sombras. Somos humanos y parte del mundo, no el centro del Universo y mucho menos de este planeta, en el cual despertamos cada día bajo noticias que refieren urgencias, casi silenciadas, como el genocidio de Palestina, y que nadie detiene, a pesar de los gritos globales. En Cubavisión Internacional descubrí parte de la sociedad que queremos construir y valores guardados en testimonios que pueden multiplicarse como ejemplos.
Hagamos la divulgación de esos proyectos de vida y tendremos nuevas razones para continuar en la búsqueda de nuevos proyectos de beneficio social.
Ver además:
Los medios y los multimedios magnifican lo propio y satanizan lo ajeno a su línea editorial. Generalmente se centran en los elefantes y obvian a la hierba. Y cuando crece demasiado la culpan por crecer y los elefantes le hincan los colmillos, la siegan con sus trompas y la aplastan con sus patas. En Palestina la hierba sufre mientras los elefantes no se ponen de acuerdo y saltan sobre ella. Pero la hierba es tenaz, vuelve a crecer en cualquier resquicio y, cuando los elefantes se extingan continuará ahí, floreciendo Hay que enfocarse en la hierba, abonarla, regarla, curarla y protegerla. La hierba es vida.
Discrepo con el artículo "Remansos de paz" Es muy recurrente encontrar en la prensa cubana justificaciones para limitar o proscribir noticias importantes. No estoy en desacuerdo que se muestren "Las Luces", nos merecemos eso y más. Ahora bien, las sombras son más preocupantes que las luces, detrás de las sombras se esconden retrocesos, desorden, inmovilismo, delitos, fracturas ideológicas que atentan contra la existencia de nuestro sistema político y hasta en contra de la existencia de Cuba como nación independiente. Precisamente hoy, en la televisión nacional, (NTV) se abordó el tema relacionado con las agresiones en"La finca de los Monos" Y, me parece que nos merecemos algo más sustancioso. No sé dice nada de la filiación o prácticas religiosas de los participantes, se omiten detalles relacionados con el estratos social de los que participaron, se muestran en la TV., imágenes a velocidades que no muestran los detalles y nos impiden evaluar los acontecimientos correctamente. Recordando hace unos años, fuimos informados de acontecimientos en un tecnológico donde los estudiantes fueron atacados a cuchillo por presuntos religiosos, del asunto nunca más tuvimos noticias y ahí quedó. Hace pocas semanas, una persona tubo que acudir a la secundaria a proteger y averiguar por su nieto que estaba siendo intimidado por otros adolescentes que tras una supuesta religión y las redes lo intimidan. Hace falta la verdad cruda y no la verdad maquillada y edulcorada. La Revolución necesita de la verdad para salvarse. Para qué artículos que no dicen nada o que coquetean con el mal cuando tantos problemas necesitan ser publicados, me parece que no estamos por el camino correcto. Esconder el Mal, no es salvarse, es esperar que aparezca en otra parte
Todo eso es muy cierto y lo apoyo al 100, pero también si nos envelásemos en los laureles nos acostumbramos y achantamos en zona de confort y hoy desde espacio como el suyo con la adarga al brazo hay que seguir arrancando un pedazo a lo mal hecho.