Foto: Raúl San Miguel

Domingo. Un grupo de adultos mayores aguarda para entrar al banco de la zona 1 de Alamar. Los cajeros rotos y la sucursal de la zona 6 cerrada provocaron una espera mayor. Quienes permanecieron buscaron los pocos lugares con sombra, mientras un anciano dijo que se marcharía. Debía comer algo, lo que provocó que algunas personas le aconsejaran comprar unas galleticas y él alegó que eran muy caras.

Una joven dijo: “Si es su dinero dese un gustito, pero no se vaya”.

La cuestión es que comenzó una conversación interesante sobre precios, salarios y jubilaciones. Una mujer citó lugares con salarios astronómicos a lo que alegué no tener paciencia para salir a vociferar algo o atender al público. Ella expresó a lo mejor usted obtiene el dinero más fácil. Respondí todos tenemos algo que hacemos bien, sólo debemos descubrir que a un buen plomero hay que respetarlo como al mejor ingeniero.

Cada quien en lo suyo. Las personas a veces no sacan cuenta del tiempo invertido en caminar para vender. Sólo dicen: "costó tanto y gané tanto". Lo cierto es que uno debe estimar que hasta el descanso tiene valor.

Y fue cuando un hombre de mediana edad dijo: "Estudié hasta el segundo año de la carrera de abogado, me casé, Vivíamos 13 en un apartamento, tuve que venir a la micro a Alamar, no pude regresar a la universidad.

Foto: RSM

Este reparto se pobló con personas que no tenían donde vivir, me molesta cuando lo critican porque es cierto que ha perdido instalaciones, servicios, pero acá vivimos quienes no teníamos dónde meternos".

Lo importante es enfrentar las situaciones que nos depara el camino, teniendo en cuenta un precepto que siempre he defendido con respecto a la posibilidad de hacer una carrera profesional, un oficio.

La vida es una oportunidad y cada cual puede determinar el rumbo a seguir, sin perder su derrotero.