Mijaín López cumple por estos días una intensa agenda en París, junto a glorias del deporte ya retiradas. Foto: Tomada de https://misiones.cubaminrex.cu

Cuando le propuse al editor hacer una crónica sobre mi deportista preferido y le comenté que comenzaría escribiendo, “nunca he tenido preferencia por practicar algún deporte y pienso que quienes lo hacen poseen una tremenda voluntad. Su respuesta fue, “empiezas mal, no debes iniciar un párrafo negando”. Respondí: es mi opinión de cómo me hice fan de quien tengo como mi héroe.

La vez primera que lo vi, levantaba los brazos en alto con un ramo de flores y en la cara reflejaba toda la alegría que solo puede dar la victoria. Él allá en un podio y yo en la sala frente al televisor dando vivas por un deportista que no conocía, pero había conquistado una medalla y eso bastaba.

Grabé su nombre y busqué comentarios sobre su trayectoria que inició cuando tenía diez años, que por su estatura se adaptaba al deporte escogido, y fue apodado “el niño” como un guiño irónico a su increíble tamaño y "el Terrible" en referencia a su naturaleza competitiva.

Entonces dije aún parece un niño, esa cara todaví refleja timidez ante la gran algarabía que produce su triunfo. Solo sonríe cuando en un podio se escucha el himno nacional y se iza en lo más alto la bandera cubana como símbolo de victoria.

Y un día, recibí otra grata noticia, había salido de su natal Consolación del Sur y se fue a Matanzas, para solidarizarse con quienes a brazo partido luchaban contra el fuego en los supertanqueros. Llegó sin previo aviso, allí estaba con su cara de niño, sus pocos gestos y su corazón grande.

Mijaín López Núñez deportista cubano de lucha grecorromana, cuatro veces campeón panamericano, cinco veces campeón mundial y tetracampeón olímpico se encuentra en Francia para repetir, por quinta vez, un título olímpico. Mi héroe está en París retándose él mismo.

Otras informaciones:

Cada aniversario, es Girón en la familia