No voy a comentar del año que concluyó porque todos en esta Isla lo vivimos, en la mayoría de las casas no hubo cena de fin de año, ni la música fue general, ni estridente como caracteriza los jolgorios de los cubanos. Escribo del comienzo de este para dos sectores importantísimos cuyos reclamos personales y sociales es una realidad tangible.
Voy a pararme ante la puerta de la consulta de la doctora María del Carmen para felicitarla. Sabe quién
soy por las muchas veces que he visitado el cuerpo de guardia del policlínico 13 de Marzo. Está al corriente
de mis males concurrentes y nunca le he escuchado una queja, al contrario, preocupada, señala que regrese
para contarle cómo fue el tratamiento.
Nunca se lo he dicho pero la tengo como amiga de verdad. Por eso celebro el aumento que a ella, por su
labor específica, le corresponde. En mi familia hay un educador jubilado que se incorporó este curso a las labores docente, y espera conocer –de acuerdo con su situación– qué le pertenecerá del presupuesto que el Estado ha destinado a ese sector.
Él aspira a más: que la educación sea como en sus años de trabajo, que los alumnos aprendan por el futuro
propio, de los educandos y del país; que los padres se preocupen por los hijos; que los educadores jóvenes
tomen los consejos que señala la mayor experiencia.
Solo así –dice mi hermano–, se sentirá satisfecho con el aumento salarial. Por supuesto, tengo plena confianza en que los aumentos para los sectores de Salud Pública y Educación sea el comienzo de una lista de espera de otros trabajadores y jubilados.
Otras informaciones:
La Revolución con Fidel legó a los cubanos confianza y optimismo en la victoria
Muy bueno y oportuno,felicidades. Esperamos q pronto seamos beneficiados aquellos que dimos nuestros mejores años, empeños, fe, y amor a ésta Revolución, pueblo, y FIDEL.