“La soledad, para mí, es lo contrario de la solidaridad”.
(Gabriel García Márquez)

La soledad es un sentimiento de falta o ausencia de compañía, afecto o apoyo de otras personas. Puede afectar a cualquier persona en cualquier etapa de la vida, pero tiene una incidencia especialmente elevada entre las personas de 65 años y más. Según una encuesta a nivel mundial millones de personas mayores viven solas. Además, un altísimo por ciento dice sentirse solo en los países occidentales.
Este mal global puede tener diversas causas, como la pérdida de la pareja, los hijos o los amigos, el cambio de domicilio, la jubilación, la dependencia, la falta de recursos económicos o sociales, o la dificultad para adaptarse a los nuevos modos de vida y de comunicación. Estas causas pueden generar un sentimiento de aislamiento, abandono, incomprensión o desvalorización, que afecta negativamente a la autoestima, la motivación y el sentido de la vida de las personas mayores.
La soledad en las personas mayores no solo es un problema social, sino también sanitario, ya que puede tener graves consecuencias para la salud física y mental.
Se ha relacionado la soledad con un mayor riesgo de padecer trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, deterioro cognitivo y demencia, enfermedades cardiovasculares, diabetes, desnutrición, inmunodepresión, insomnio, dolor crónico y en casos extremos suicidio. Asimismo, aumenta las probabilidades de mortalidad y dependencia.
Ante esta situación, es necesario tomar medidas para prevenir, detectar y combatir este mal, y para ello es imprescindible la colaboración de todos los agentes sociales, como la familia, los amigos, los vecinos, las entidades sociales, las administraciones públicas, los profesionales sanitarios y los medios de comunicación.
Algunas de las acciones que se pueden realizar son:
Fomentar el contacto y la comunicación frecuente y afectiva con las personas mayores, tanto de forma presencial como a través de las nuevas tecnologías, respetando sus preferencias y necesidades.
Promover la participación y la integración en la vida social, cultural y comunitaria, facilitando su acceso a actividades, recursos y servicios que les permitan mantener y ampliar sus redes de apoyo y sus intereses.
Potenciar su autonomía y empoderamiento, reconociendo sus capacidades, derechos y aportaciones, y ofreciéndoles oportunidades de aprendizaje, ocio, voluntariado y colaboración.
Sensibilizar y concienciar a la sociedad sobre la realidad y el problema de la soledad en nuestros abuelos, rompiendo los estereotipos y los prejuicios que les discriminan e invisibilizan, y fomentando el respeto, la solidaridad y la convivencia intergeneracional.
Crear espacios en cada barrio para su esparcimiento, intercambio, sociabilización y apoyo. Sitios en que puedan reunirse, hacer ejercicios, conversar, disfrutar de actividades culturales… y que les sean accesibles por la cercanía a sus hogares. Se debe recordar que el mundo está envejecido y no estamos exentos de ello.
Hay una gran parte de población de la tercera edad en nuestra Habana y en el país que sufre, por ello tengamos en cuenta que es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo y la demencia.
La soledad de los ancianos es un grito mudo que clama por amor. Abramos nuestros oídos, nuestros corazones, nuestras manos. Escuchemos su grito, démosles nuestro amor.
Otras informaciones:
Pandemia social que va tomando auge en Cuba.
Así es lector. Muchas gracias por comentar.
Que clase de dilema para la máxima dirección del país !! Crisis económica como nunca antes vista , emigración de los jóvenes y los no tan jóvenes responsables de los ancianos de la familia y está más que claro que si el Estado no tiene de dónde sacar no puede apoyar como antes a ese sector de la población. Sería sensato que en la próxima sesión del Parlamento se discuta este tema pero sin lamentos ni justificaciones.
Así es, pero en la mayoría de los casos son los ancianos los que desean vivir sólos, quieren tener independencia. Los hijos y nietos tienen que hacer su vida y trabajar para darles de comer, las pensiones no alcanzan cómo UD. conoce