
Patrimonio histórico y natural de La Habana es el Zoológico de 26. Este sitio merece ser preservado y mejorado para conservar en buen estado ese oasis con gran significado histórico.
Lugar de deleite y paz, de alegría y risas, donde se puede apreciar la belleza de su arquitectura, la flora y la fauna. Amado por muchas generaciones de habaneros, guarda los recuerdos de la infancia y muy gratos momentos.
Constituye un orgullo para La Habana y una atracción muy popular, la cual, por lo mismo, necesita todo el apoyo de las autoridades competentes y el respeto de los visitantes, para garantizar su sostenibilidad y belleza. Un deleite para los niños de la capital con sus grandes parques que hacen las delicias de los pequeños.
Desde el pasado siglo, generaciones completas han disfrutado de ver a los animales, jugar en los parques, y pasear ese espacio tan singular y atractivo, hasta para los mayores, deseable.
En aquel lugar los niños aprenden, se divierten y sueñan. Su accesibilidad y cercanía es primordial para ser favorito. Allí se encuentran recibiendo a los visitantes los venaditos de Rita Longa, un símbolo significativo y apreciado por todos.
El zoológico tiene una arquitectura singular, posee dos lagos con una isla de Cuba en miniatura. En medio del bullicio de la ciudad, podemos respirar aire puro y escuchar el canto de los pájaros y relajarse, leer o estudiar. También es un área de encuentro y convivencia, donde compartir con la familia y los amigos, y recordar los momentos felices de la infancia. Es un tesoro que merece el esfuerzo conjunto para que continúe como uno de los principales y más anhelados espacios de nuestra Habana.
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También ha sido visitado por muchos extranjeros. Es importante que se tenga en cuenta una estructura empresarial de autofinanciamiento. Por favor el Estado que cubre todas las necesidades sociales, al final es mayor la demanda que la oferta.
Gracias a todos por sus comentarios en favor de ese tesoro de la ciudad, por el cual, desde el pasado siglo han pasado y disfrutado todas las generaciones, de hecho aún ya mayores, lo apreciamos igual y vale la pena defender el mantener ese hermoso lugar.