Foto: RSM

Una libra de sal a granel cuesta en Alamar 30 CUP. Para igual cantidad en la avenida Italia -conocida
popularmente por Galiano-, en el municipio de Centro Habana, hay que desembolsar 35 CUP. Una botella de vinagre de la marca Élite, requiere en esta ciudad de La Habana del Este, el desembolso de 90 CUP; mientras en el llamado Ten cent de Obispo, en La Habana Vieja, pagar 105.

Todos forman parte del mercado estatal. Pudiera seguir nombrando productos cuyos precios varían de un municipio a otro en esta gran provincia de La Habana y -como si un vendedor supiera que estoy comentando
sobre el desenfreno de los precios, justo cuando escribo estas líneas-, desde los bajos, en este preciso instante, grita: “¡Luz brillante a cien pesos la botella!”. ¿De dónde salió ese producto?, ¿A quiénes se les suministra? ¿Qué cantidad, que supuestamente le alcanza para cocinar y vender?

Hace unos días compré una botella de ron a 380 pesos; en la mañana siguiente de mi adquisición, por 
curiosidad, repasé el listado de productos y el mismo ron valía 40 pesos menos. No tuve tiempo de reclamar
pues el vendedor me contuvo: “Espere un momento…”, fue a la caja y retribuyó lo cobrado en exceso
la jornada anterior. Tal vez porque el dependiente me conoce pero… ¿los que no regresaron o no se enteraron o el vendedor no recordó? ¿Quién es la persona que debe vigilar el listado de precios?

Como soy una persona muy alérgica no ingiero nada en la calle y trato de comprar en mercados estatales
productos envasados que no tengan ningún tipo de manipulación, porque confío en la seguridad alimentaria
de la fábrica donde se elaboró; aunque soy consciente que, en los mercados, la mayoría de las veces
permanecen a la intemperie todo el tiempo que están abierto los establecimientos. Además, trato de hacerlo donde conozco a los vendedores pues con ellos averiguo el tiempo que lleva un embutido o queso en
la nevera; porque -aunque estén en frio- existen fechas de vencimientos que para mí son inviolables y estas
casi nunca aparecen en la lista o etiquetas de los productos en las ventas y no tengo ni la más mínima
idea del porqué no se le pone freno al desenfreno de los precios.

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