La tolerancia equilibrada es germen de libertad y armonía.
(Francis Castel)

Foto: Tomada de https://concepto.de

La tolerancia es uno de los valores más necesarios para la convivencia pacífica y armoniosa entre las personas. Ser tolerante significa aceptar las diferencias que existen entre nosotros, ya sean de cultura, religión, opinión, raza, género o cualquier otra característica.

Ser tolerantes nos permite aprender de la diversidad y enriquecernos con ella, sin imponer nuestra forma de pensar o de vivir a los demás. También implica reconocer nuestros propios errores y limitaciones, y estar dispuestos a cambiar o mejorar cuando sea necesario. La educación, el diálogo, la empatía y el ejemplo son bases imprescindibles. Sin tolerancia no hay paz.

Basada en el respeto mutuo y en el reconocimiento de la dignidad de cada persona construye caminos y tiende puentes. Esto no significa estar de acuerdo con todo lo que hace o dice el resto, sino aceptar que tienen derecho a expresarse y a vivir según sus propios criterios, Con respeto y siempre que no se dañe a nadie.

La tolerancia nos permite convivir en paz y armonía con personas que piensan o sienten de manera diferente a nosotros, sin juzgarlas ni discriminarlas. Nos abre la mente y el corazón a nuevas ideas y experiencias, ayuda a crecer como personas y a mejorar como sociedad. Es como un puente que une las orillas de la diversidad, un arco iris que ilumina el cielo de la convivencia, una flor que perfuma el aire de la libertad. Siempre desde el civismo, la dignidad, y el respeto al derecho de los demás.

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