Foto: José Manuel Correa

Hay matrices de opinión dirigidas desde la guerra mediática que tratan de imponerse en las redes sociales de la Internet. Una de ellas es desvirtuar la función de las instituciones del Estado, especialmente nuestro Parlamento, haciéndolo ver como un órgano sin potestad, alejado de la realidad.

Este jueves volví a ver a la joven, ya diputada, Ana Flavia Méndez, en la Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional. Exponía la difícil situación de nuestros pensionados y ancianos, que deben hacer maravillas para llegar a fin de mes.

A Ana Flavia la conocí hace casi seis meses cuando era la delegada más joven del municipio de Playa, entonces era la encargada de leer el juramento para la constitución de la Asamblea Municipal. También coincidí con ella siendo candidata a diputada a la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Los diputados son gente común y corriente, por mi trabajo he tenido que tratar con algunos de ellos. Los hay de todos los sectores. Ninguno está desconectado de la realidad que vivimos, golpeados por el bloqueo que también implica consecuencias sobre las gestiones como ciudadanos para resolver situaciones propias. Buena parte de esta Sesión Extraordinaria se dedicó a analizar los temas económicos. Un punto que sufrimos a mayoría por el recrudecimiento del bloqueo aplicado y sostenido por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, desde su imposición en 1962 hasta la fecha.

La inflación, los altos precios, la escasez y las dificultades diarias que nos afectan son temas recurrentes entre nuestros conciudadanos. Corresponde a los diputados representarnos como la voz compartida para legislar en función de construir una sociedad mejor, próspera, sostenible y sustentable.

El siguiente paso a tan responsable gestión, radica en encontrar nuevas formas de implementar las decisiones oportunas. Poner al pueblo en el centro, al trabajador y pensionado como el destinatario principal de cada decisión, mientras trabajamos todos juntos en crecer, es la única forma de alcanzar la sociedad que deseamos y merecemos.

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