«Abuelidad» feliz

La “abuelidad” es un término que te atrapa, te llena de sentimientos únicos en los cuales el corazón se emociona ante ese palpitar. No ves más allá de esos pequeños seres que han llegado para alegrar esa edad madura llena de encantos y sortilegios. Ellos son sangre de tu sangre y te hacen un viaje de regreso, cual deja vu, a los hijos que un día cargaste durante nueve meses, pariste y sostuviste entre tus brazos por el resto de la vida.

Sigues cada sílaba, cada palabra aprendida, sus pasitos tambaleantes y luego más firmes, vuelves a ser niña para jugar con él tirada en el suelo como si la edad, la espalda y la cervical no existieran. Cuando te abren los bracitos para que los cargues, te sonríen, o balbucean la palabra divina, abuela, tu piel tiembla de orgullo y el arcoíris se te hace accesible.

Deseas bajarles estrellas y luceros, entregarles el sol y la luna para que los ilumine y jueguen con sus luces, haces gala de todas las fantasías, canciones y cuentos para entretenerlos y abrazarlos contra tu pecho, sin deseos de soltarlos nunca más. Llenarles de colores la vida es un objetivo, y son el método más eficaz para rejuvenecer y tener salud, pues el optimismo y el amor que inspiran da vida.

Ser abuelo(a) es el regalo más grande que puede recibir alguien, y por ello son contemplados en el nuevo Código de las Familias, pues constituyen parte indispensable de ella. Tienen, por lo mismo, derechos irrebatibles a ver y disfrutar de esos pequeños que son parte también de su ser.

En fin, la oferta divina de la “abuelidad” está llena de mimos, de abrazos, de alma para adorar, sin  malcriar ni quitar potestad a los padres; tampoco es bueno que los padres abusen de ese amor y se recuesten, no, los nietos son para amarlos y deleitarse, jamás para ocupar el papel de padres. En primera
persona afirmo que Lucas, Th iago y la que está por llegar Paola son un mundo de luz y color para esta
abuela orgullosa y el mejor regalo pleno de sortilegios en este 2023.

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