
El sudor corre por el rostro, empapa la gruesa tela del uniforme gris, envuelve los brazos enfundados en
mangas largas acopladas a los guantes reforzados, se escurre a las botas e incrementa la sensación térmica sobre el cuerpo que desafía el cansancio y las alturas; mientras cortan, empalman y tensan las nuevas líneas para el suministro de la energía que llega a los hogares en medio de los aplausos de los niños, la rápida
mirada de los mayores ante el reinicio de las labores domésticas interrumpidas por el apagón que interfiere en la vitalidad del hogar.
Sobre el terreno desnudan solo las bocas para ingerir los alimentos e hidratarse. Por doquier, organizados, los útiles de trabajo. En los carros puede escucharse, a través del zumbido intermitente de la radio-base, las voces que les orientan lo realizado en aquel punto de la geografía de la ciudad o el campo. Solo perciben
la caricia del viento cuando pueden tener los escasos minutos de contacto con las familias, algunas veces a cientos de kilómetros y muchos días de distancia.
En la central el ajetreo encubre las tensiones de extensas horas de labor para desmenuzar la costra acumulada en las máquinas generadoras, el chisporroteo de la soldadura de alta precisión, el sonido de los hierros en el exterior del gigante capaz de entrelazarse con otros similares y mantener la vitalidad del Archipiélago.
Dentro de los puestos de mando, frente a las pizarras de control, el tiempo parece detenido, pero los ingenieros y técnicos saben que es solo una percepción óptica, debido a la ausencia de ventanas desde las cuales puedan ver discurrir el día hasta el ocaso. Sus ojos descifran los dígitos en derredor de una sinfonía de
puntos de luz…
Repaso el reciente encuentro del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, en el consejo electroenergético de La Habana y su interés por conocer cuántos pioneros tienen las escuelas de la capital. La respuesta recibida trae una cifra alentadora: más de 748 000. Suficiente para crear un ejército de patrullas clic y mantener en jaque el despilfarro, desde el seno de la familia hasta el barrio.
Ningún regalo por el día de los padres puede ser mejor que el reconocimiento de todo el pueblo a quienes enfrentan ese desafío de empujar adelante un país como aseguró nuestro Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su magistral intervención relacionada con la situación electroenergética.
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