
Luego de un año de espera (enero 2021-enero 2022) tengo ante mí la adjudicación del título de propiedad del apartamento, documento que pensé recibir encuadernado o preservado en un expediente, ya que el importe que pagué, en mi opinión, no es barato. Al título original le agregaron una hoja con una presilla en la que casi no se distinguen las letras por la pésima impresión, además de estar escrita en ambas caras, lo que hace pensar que dentro de unos años nadie sabrá qué dice. Pero iré por pasos.
Usted va al Registro civil de Alamar y todas las personas que llegan antes de las ocho de la mañana serán atendidas. No puede llegar luego, aunque imagine, los repartos de La Habana del Este son distantes. Le tratan bien, pero en mi caso no pude recibir las dos inscripciones de nacimiento por no haber hojas.
Debía volver.
En el Bufete colectivo de Alamar esperé seis meses por la entrega de la Declaratoria de Herederos. Decidí ir a la Notaría y dicho papel estaba firmado dos días después de haber llegado a ese local. Sencillamente quien debía recogerlo no se preocupó.
En la Notaría fue donde mejor me sentí, incluso detectaron un error viejo, me llamaron un domingo para que lo solucionara y así con tiempo no perder el turno que me habían otorgado. Pero hay algo que quiero destacar. Fui atendida en el Registro de la Propiedad, Bufete colectivo y Notaría con mucha educación, pero eso forma parte del trabajo de esas personas.
Se paga un impuesto por los documentos que deben ser legibles, preservados. En el Registro de la Propiedad nos pedían que nos fijáramos en el nombre y número de carnet de identidad y le daban mucha importancia a los dos cuños impresos, que serán en el futuro testigos mudos de un papel bastante borroso por la mala impresión. Y entonces me digo, tirar piedras a esas compañeras o compañeros es fácil. ¿Dónde está el revisar para que no se tarden los trámites, los que debe buscar cintas, papel carbón u hojas blancas?
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Esta es una lamentable pandemia (Burocracia) que nos ha afectado y nos seguirá afectando durante décadas y décadas y que ha demostrado ser inmune a todo y lograr mutarse aun con la tecnología digital más avanzada que poseamos. Mientras el sistema al que pertenece casi todos estos servicios públicos no se les exija una eficiencia y eficacia medible en sus prestaciones de servicios a través de un marco legal creado al efecto como se le exige hoy al sistema empresarial estatal no va a existir una mínima mejora de estos. Mientras tanto la protección a los derechos de los consumidores, clientes en fin la población en general sigue brillando por su ausencia y no pasa nada.