Pocas fechas guardan tanta significación para el movimiento obrero como el Primero de Mayo. Y es que este día se recuerda uno de los crímenes más crueles contra los trabajadores. En 1886 una huelga gigantesca, de las mayores de Estados Unidos con más de 200 000 personas, estremeció aquella nación.

Pero fue en Chicago, importante foco industrial, donde las manifestaciones alcanzaron su punto más álgido. La demanda era algo que hoy consideramos normal, pero es el resultado de años de lucha y de mártires que no temieron: la jornada laboral de ocho horas.

Cronista excepcional de los sucesos fue José Martí y, de allí, quizás la especial relación de Cuba con la fecha. El relato sobre los hechos aún estremece, cuando la prensa apoyaba a la patronal y la represión el Martí periodista cubría los sucesos con su humanismo característico. Cuanta claridad había en él al escribir las últimas frases de uno de los fusilados a raíz de los acontecimientos: “La voz que vais a sofocar será más poderosa en lo futuro, que cuantas palabras pudiera yo decir ahora”.

Profecía cumplida, pues fueron miles las huelgas y anónimos quienes murieron para lograr los derechos que hoy disfrutamos. En Cuba, desde el propio 1886, hubo manifestaciones de solidaridad con los enjuiciados de Chicago, fundamentalmente dirigidas por el Círculo de Trabajadores de La Habana.

Ya en 1890 salió en nuestra Isla una Manifestación por el Día del Proletariado Internacional, instituido un año antes por la Segunda Internacional, convirtiéndose así el movimiento obrero cubano en uno de los primeros en celebrar esta fecha. Y aunque durante los últimos años de la colonia y los primeros de la República neocolonial hubo manifestaciones de consideración, es a partir de la Revolución de Octubre de 1917 que logran mayor convocatoria y organización aupadas por el ascenso del movimiento obrero en general.

En La Habana se realizaron algunas de las más importantes: en 1899, la primera huelga general en la capital; y en 1925, en la Colina Lenin del municipio de Regla.

En la república mediatizada que algunos intentan idealizar con claras intenciones fueron ilegales en algunos años las manifestaciones del Primero de Mayo, siendo reprimidas salvajemente en diversas ocasiones. No es hasta el triunfo de la Revolución que esta fecha se redimensiona, pues gran parte de las demandas obreras fueron satisfechas por el Gobierno Revolucionario.

Aunque los movimientos obreros han sufrido retroceso a nivel internacional, no se puede perder de vista el origen de la celebración del Primero de Mayo; tampoco olvidar ni menospreciar lo alcanzado en Cuba, sino seguir luchando por cotas superiores de satisfacción con un refortalecimiento del movimiento sindical.

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