Foto: Francisco Blanco


Si usted marca el número telefónico 7762-1754, perteneciente a la Empresa de Comunales en Alamar, municipio de La Habana del Este, puede estar seguro que la persona que le responde lo hace con educación. Atiende toda queja y da explicaciones por la demora en la recogida de los desechos sólidos, pero la preocupación de quien se tomó la molestia de llamar va mucho más allá de averiguar por los ciclos de recogida que son bastante demorados.

Alamar tiene 90 000 personas que habitan en edificios de 45 o 60 apartamentos, que pueden ocupar un área física de una cuadra, por tanto generan más basura que quienes viven en casas en un área similar. El asunto real es que si usted llega al reparto Alamar y hace el recorrido de las rutas de los ómnibus la imagen que se lleva es que es un lugar pulcro, sin basura, con las áreas verdes bonitas y por supuesto piensa, qué aire más puro, que vida más sana. Se limpia por donde se ve.

Si se desvía y entra a la parte que no se distingue desde las avenidas principales descubrirá otro Alamar. Los contenedores pueden haber sido retirados pero la basura de los alrededores por las demoras en venir el carro colector se queda ahí, nadie la recoge y aunque está orientado que deben dejarlo todo limpio, hay oídos sordos y por supuesto, como no se revisa el trabajo, los vectores siguen viviendo con toda felicidad.
Dentro de toda esta calamidad lo único bueno es que ese conglomerado de desechos está alejado de los moradores, porque alguien tuvo la buena idea de retirar los tanques para evitar el mal olor y las moscas.

Quienes viven Alamar adentro esperan por una recogida más eficaz y que las brigadas de mantenimiento de las áreas verdes también visiten esos lugares de “nadie” que, una vez hace años, tuvieron trabajadores contratados, porque la mayoría de los vecinos tienen limpio sus patios y jardines para una mejor convivencia.