La Plaza de la Revolución, esa que he caminado tantas veces, desde adolescente, como estudiante y años después como trabajadora, volverá este 1ro. de mayo a ser camino recorrido con la certeza de que quienes me acompañan y yo lo haremos convencidos de que nuestro futuro seguirá siendo el de defender todo lo logrado con el sacrificio de muchas generaciones.
Desfilaremos alegres porque hemos sobrevivido, en estos dos últimos años, a una guerra económica feroz, a la que se sumó –además- una pandemia. Seré una más entre los miles de compatriotas que nos daremos cita en la Plaza y estoy segura de que al pasar frente a la tribuna atrasaremos un poquito el paso como lo hacíamos siempre para mirar más cerquita a nuestro Comandante en Jefe y en esta ocasión a sus continuadores.
Iremos a celebrar el Día Internacional de los Trabajadores gracias a la labor de quienes lograron que toda la población fuera vacunada, gracias también a quienes no desmayaron para que este día fuera cierto.
A pesar de los intentos de frenar nuestro desarrollo, estaremos alzando las banderas de la solidaridad con quienes nos necesitan. Daremos con este desfile gracias a quienes, en respuesta a esa manera de dar lo que tenemos, decidieron en momentos difíciles apoyarnos con lo que poseían.
Luego de dos años sin desfilar por la pandemia, iremos a la Plaza de la Revolución los capitalinos, al igual que nuestros compatriotas de todo el país, quienes marcharán en sus plazas como un pueblo todo. Estaremos este Primero de Mayo porque Cuba Vive. En lo personal, para mí desfilar por la Plaza reafirma mi soberanía, esa cosita que llevamos dentro de sentirnos más cubanos.
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