Foto: Tomada de Redes Sociales

No se ve y es silenciosa. Los sentidos del ser humano que pudieran detectarla a distancia no están aptos para ello; solo podemos registrar sus consecuencias. Con la electricidad debemos convivir, pero jamás obviar sus peligros potenciales.

Cada año los accidentes dentro y fuera del hogar cobran vidas o dejan en condición de discapacidad a quienes inobservaron las reglas de seguridad. Todavía falta de percepción de riesgo sobre ese recurso capaz de beneficiarnos en nuestro desempeño cotidiano, siempre y cuando lo utilicemos de manera correcta.

La tendencia en La Habana con respecto a etapas precedentes es a la disminución: cinco hechos menos en lo que va de calendario contra nueve en el año 2020.

Sin embargo, no hay visos de complacencia cuando directivos de la Empresa Eléctrica en la capital abordan el asunto. Todo lo contrario. Porque no se trata de números, sino de seres humanos que ya no están, o, en el mejor de los casos, cargan las secuelas del impacto que es capaz de generar la energía eléctrica.

En la mayoría de los accidentes de esta etapa la causa radica en las violaciones constructivas de obras con una cercanía extrema a los circuitos eléctricos. También por tocar cables caídos, luego de la ocurrencia de fuertes lluvias o determinadas situaciones meteorológicas, además de la manipulación de elementos en las azoteas, como son las antenas, fundamentalmente, así como tanques y cabillas.

De los riesgos que entraña la poda, el derribo de frutos de árboles o empinar papalotes cercanos a las líneas energizadas se ha hablado con insistencia, mas sigue como una práctica de la cual, tristemente, muchos no pueden ofrecer su testimonio.

Para usted que me lee le solicito me acompañe a multiplicar este mensaje de los especialistas: es erróneo considerar que plantas o arbustos no conducen la electricidad. Los organismos vivos poseen un alto porcentaje de agua y sales en la composición de su estructura celular y eso significa que no es preciso el roce directo con las líneas para uno verse sometido a una corriente.

¿Sabía que no necesariamente hay que hacer contacto físico con las líneas para recibir una descarga indeseada? Depende del nivel de voltaje, y si son de alta tensión puede ocurrir que la corriente eléctrica salte -como se dice popularmente-, o circular a través del aire.

Ser más proactivos en su labor con las organizaciones de masas y vecinos en general para hablar de los posibles riesgos a los que están expuestos cuando no se cumplen con las medidas de seguridad; debatir los accidentes allí donde han ocurrido e instruir más a las personas, forman parte de las acciones que hoy animan a la empresa capitalina.

Desde sus predios llaman a que todo cuidado es poco, por que los accidentes relacionados con la electricidad casi siempre se tornan graves o mortales y, a diferencia de otros, son prácticamente nulos los términos medios.

Ver además:

Interrumpirán servicio de agua que abastece municipios del sur de La Habana

Diagnostican en La Habana 1 583 nuevos casos; Cuba con cifra récord de 9 323