“Nuestra Patria es una acumulación de sentimientos, de realidades constatables, de poesía invisible; es la naturaleza y la obra del hombre. (…) es evidente y se impone analizar y valorar cuanto hemos hecho. Sometamos a crítica nuestra obra y los valores que emanan de ella. No percibo una crisis de esos valores. Es el momento en que está ante todos casi la totalidad del proceso revolucionario.

Su gran adversario, el gobierno de los Estados Unidos, medita su próxima jugada ante el tablero”.

Estas palabras del Doctor Eusebio Leal Spengler, expresadas en el año 2004, durante el lanzamiento de su libro “El concepto de patria”, en La luz sobre el espejo. Ediciones Boloña: La Habana, definen su
percepción de la Revolución cubana en su esencia aglutinadora de voluntades, compromiso y resistencia para garantizar la dignidad de los cubanos, a continuar el camino emprendido por Carlos Manuel
de Céspedes en 1868, y consolidar el proceso que nos permitió alcanzar -por vez primera- la condición de tener Patria, con el triunfo del Ejército Rebelde de enero de 1959, al cumplir el precepto de Martí
“con todos y para el bien de todos”.

Expresaba Leal: “(…) decir otra cosa es mentir y no ver los signos de los tiempos, la generación que habrá de someter a juicio la obra realizada por nosotros. Por tanto, casi todo está hecho y escrito; apenas hay tiempo para colectar los frutos de las ramas del árbol de la vida, verdes aún, dulces o amargos. Nuestra vida individual no es tan importante como lo que somos y significamos socialmente. (…) para afirmar que, en medio de los avatares de la sociedad contemporánea y ante el mundo de la postmodernidad que nos ha tocado vivir, no tememos al futuro. (…) la Revolución Cubana, en la que creímos y por la que hemos luchado, la de Céspedes y Martí, y la de Fidel, no se hizo en nombre del odio: se convocó en nombre del amor”.

Evoco al doctor Leal, como muchos de mis compatriotas, al ciudadano que con humildad abrazó la intensidad de la obra a la cual se nos convoca desde la unidad, en medio de las atroces dificultades
generadas por el genocida bloqueo que sostiene el gobierno de Estados Unidos, como una cláusula de obligatorio cumplimiento para todas sus administraciones como ha sido demostrado en seis décadas.

De ahí citar sus palabras con la razón de ser testimoniante directo de los esfuerzos del Estado cubano, con su Grupo Temporal de Trabajo (GTT) –integrado por los titulares de todos los ministerios– en la asistencia directa a los problemas que enfrentamos como pueblo del cual son también sus hijos, más allá de sus altas responsabilidades; con énfasis en la estrategia de transformación de barrios vulnerables, entre los cuales La Habana tiene más de 65 y en los que ya se observan acciones de beneficio social: la edificación de viviendas, suministro de agua potable, servicio eléctrico, telefónico, calles asfaltadas y puntos de servicios básicos para sus residentes, entre otros.

No podemos olvidar la incertidumbre de hace apenas dos años cuando la pandemia del covid-19 se expandía sobre todo el planeta y nuestros científicos lograron realizar la titánica proeza de crear los candidatos vacunales necesarios para garantizar la protección de millones de conciudadanos. Cada dosis representaba la oportunidad de vivir, de continuar, de visualizar el futuro, de recuperar la esperanza que nos permitió volver a nuestras vidas, a la familia.

Recuerdo las palabras del Comandante en Jefe, Fidel, en aquella comparecencia el 5 de agosto de 1994, y cito: “Tenía el interés especial de conversar con nuestra gente, para exhortarla a tener calma, paciencia, sangre fría, no dejarse provocar, puesto que yo me sé de memoria todo el plan del enemigo y toda la concepción imperialista acerca de los medios para liquidar la Revolución, su actual estrategia.

De ahí la vigencia permanente del pensamiento de nuestro José Martí en cuanto a “La necesidad de tomar conciencia de que la dignidad redime al hombre, porque en ella va su fuerza moral”. La dignidad nos asiste.

Vea también:

Espíritu de victoria y unidad en La Habana, luego del huracán