
Nasobucos en el cuello, numerosas aglomeraciones y ausencia total de distanciamiento físico entre quienes conversan en las calles de Centro Habana, fueron algunos ejemplos de indisciplina social que pude encontrar en mi recorrido por este municipio de la capital.
“Súbanse el nasobuco” y “Mantengan la distancia” son frases que no dejamos de escuchar ante la actitud irresponsable que aún mantienen algunas personas en lugares públicos.
En una sociedad que se adapta a la nueva normalidad después de la cuarentena, la agresividad no solo se manifiesta mediante gritos, insultos y violencia física. La falta de respeto por el espacio personal y el no cumplimiento de las medidas contra la COVID-19, como el uso del nasobuco, constituyen también formas de agresión.
Para erradicar estos comportamientos negativos, debemos ser más considerados, conscientes y responsables en nuestro accionar diario, cumplir con las normas de prevención contra el coronavirus e incorporarlas correctamente a nuestra vida cotidiana para cuidarnos y a la vez proteger a nuestras familias y a todos los ciudadanos de nuestra comunidad.
(Estudiante de Periodismo)
Un acto de indisciplina social y muy generalizada es la música a muy altos niveles convirtiéndose en una pesadilla y no hay manera de detener este acto de indisciplina .
Pienso que el uso del nasobuco debe ir desapareciendo poco a poco, dejarlo solo para lugares cerrados. Ya comienza a arreciar el calor y es incómodo. Llevamos dos años usándolo y estamos cansados. Sabemos que aun hay casos de COVID pero cada vez es menos. Nuestra población está prácticamente vacunada, incluso con dosis de refuerzo, entonces es el momento de ir analizando otras medidas. Saludos
Deseo alguien atienda esta queja y le pongan corazón a los problemas de las personas que trabajamos para esta sociedad. Soy del municipio 10 de Octubre y compro en el Cupet de 10 de Octubre y Lagueruela, en la Víbora. Comienzo por decirle que no estoy de acuerdo con el reglamento de comprar por municipios, pues éste sólo afecta a las personas que trabajamos, pues siempre he comprado en la tienda cerca de mi trabajo en el municipio Plaza de la Revolución y de esa manera afecto un mínimo mi jornada laboral. Por el contrario, ahora no puedo comprar nada en Plaza ni tampoco en donde vivo, pues cuando llego del trabajo ya se acabó todo. Entonces los favorecidos con esta medida son las personas que no trabajan, los coleros que venden turnos y productos, que son los que están todo el día en la tienda esperando que llegue el suministro. Es muy injusto que las personas que trabajamos para esta sociedad estemos estresados sin poder tener los alimentos y sin embargo las personas que no trabajan y coleros tengan la oportunidad de comprar los suministros en las tiendas. Espero que alguien me escuche y le dé pronta solución a esto, y espero también que nuestro Estado Cubano tome medidas inmediatas con dependientes y LCC que están lucrándose con los productos que llegan a las tiendas, vendiendo los turnos, sacando por las ventanas de atrás de la tienda los productos, y entregando a la población menos de la mitad de los productos que reciben. En el Cupet de Lagueruela y 10 de Octubre está sucediendo todo esto, hay 7 LCC innecesariamente, cogiendo de todo lo que llega. Con 2 LCC es más que suficiente para organizar y anotar en la libreta. Por favor, pónganle corazón a esto, y piensen primero, en los TRABAJADORES. MARIA A. REYES GONZALEZ TRABAJADORA.