Foto: Tomada de Redes Sociales

Corría el mes de octubre de 1987 y nos encontrábamos con Fidel en uno de los salones del Consejo de Estado –al cual invitó a todos los estudiantes de periodismo– para compartir asuntos meridianos en el complejo escenario de finales de los 80, cuando el campo socialista europeo liderado por la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) había sido minado en sus bases por la subversión imperialista, hasta el punto de estallar en el mismísimo Presidium del Sóviet Supremo.

En aquella ocasión, Fidel nos había alertado de la posible caída de la URSS y nos advirtió que podíamos amanecer un día con esa funesta noticia, mas debíamos estar preparados porque las bases fundacionales de la Revolución cubana sostenían sus raíces en el inicio de las guerras por la independencia de Cuba; de ahí la autenticidad de nuestro Socialismo. Lo cierto es que avizoraba una década de penurias: el llamado período especial, que logramos resistir y sobrevivir con menos del 20 % del comercio internacional.

El escenario actual no debe ser comparado con aquellos años. En nada se parece; aunque la convulsa situación de la economía a escala internacional atizada por las guerras imperialistas la hace peor. De ahí las consecuencias que enfrentamos no solo en la economía del país, sino la doméstica y la posición de freno que mantienen algunos empresarios incapaces de lograr establecer la estrategia que permita producir, encadenarse a otras formas de producción y servicios locales, insertarse con las entidades de subordinación nacional ubicadas en los municipios e incluso encontrar mercado para exportar algunos de estos valores.

Me refiero a la actitud del burócrata, dotado de una mentalidad mucho más rancia que la utilizada para describir este mal como algo propio y generado por la sociedad capitalista, y lo peor, algunos no aceptan la crítica de la prensa como análisis y mucho menos la posibilidad de que pueda ser utilizada como una herramienta de reflexión colectiva para, entre todos, encontrar soluciones viables a los problemas de la economía que enfrentamos.

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