Foto: Cortesía del Proyecto Palomas

¿Qué tienen en común una joven de 21 años que acaba de debutar con hipertensión y Juan Carlos, a quién recientemente le diagnosticaron varios problemas en el sistema digestivo?

¿Que une, entre muchos otros, al doctor Luis Miguel, del hospital Fajardo; a Karlita, residente en Diez de Octubre, y a Ivette Lizette, de Plaza de la Revolución?

Estas son historias de estos tiempos para ser contadas. Transcurren casi anónimas, casi a diario. Los primeros, necesitaban medicamentos. Los segundos, los ofrecieron, de forma gratuita, mediante un grupo creado desde julio pasado en redes sociales por el proyecto de realización audiovisual para el activismo social Palomas, asociado al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos –ICAIC–, que no solo produce documentales, sino también rescata historias, algunas duras, y almas.

Al presentar la iniciativa, vía WhatsApp, anunciaron que su canal Acontecer de Palomas, para diversificar las acciones sociales, uniría a las informaciones sobre la actualización de la pandemia, las alertas meteorológicas y de los servicios básicos, la búsqueda de medicamentos e insumos médicos. Bajo ningún concepto será una vía de comercio, sino una vía de donación de medicamentos que podamos tener y a los que no se les está dando uso.

La finalidad sería lograr alternativas de solidaridad y de caminos para el bien común. Así ha sido, mientras algunos lucran con la necesidad, otros han acudido de buena fe a ayudar. Si acaso, los menos, piden una evidencia de la necesidad del recurso. Solo median la solidaridad y el agradecimiento.

Inspirados en el lema “la solidaridad es camino al bien común”, se han adherido al grupo unas 360 personas de varias provincias y otras partes del mundo. Desde Acontecer, con humildad, nos convocan: “Quizá en alguna gaveta tengamos algo…, busquemos”

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