
Se acerca el 8 de septiembr e, fecha en que se recuerda a nivel internacional al periodista Julius Fucik, quien escribiera el estremecedor artículo Reportaje al pie de la horca y sentenciara: “Hombres: os he amado. ¡Estad alertas¡”, cuando la maquinaria nazi, organizada por el jefe de propaganda nazi Joseph Goebbels, se empeñaba por destruir la memoria histórica de las naciones sometidas, destruir cualquier atisbo de la ideología y la cultura que fomentara la resistencia contra la maquinaria hegemónica imperial, al defender que una mentira repetida muchas veces, podría convertirse en verdad.
En medio de la guerra mediática que sostiene y arrecia el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, el elemento mediático no es la excepción. Nunca lo ha sido.
Todo lo contrario. Un análisis casuístico de las relaciones mantenidas por las administraciones de la Casa Blanca demuestra la vigencia de la anexión como paso necesario para cerrar el círculo de dominio y control del resto de Latinoamérica y el Caribe.
Más allá de la posición estratégica de este archipiélago, desde el punto de vista geográfico, otros elementos históricos explican el porqué de las advertencias tempranas del Mayor General José Martí y la posición intransigente del Mayor General Antonio Maceo.
Nada ha cambiado. Habría que ser muy ilusos para no entender el propósito en estos tiempos de guerra ciberespacial.
Llevar a nuestras páginas el pulsar de lo que ocurre en los 62 barrios habaneros incluidos en la estrategia de desarrollo social, estableciendo mecanismos de distribución racional de alimentos y artículos básicos, mientras se avanza con la intervención sanitaria frente a la COVID-19, con sentido crítico, no deja margen a las fisuras o espacios vacíos que sirven de lanzadera a los enemigos del pueblo y la Revolución cubana.
Nos corresponde el abordaje de los temas urgentes para esclarecer y sugerir, con precisión, en esta batalla de ideas que se nos hace a pensamiento, como diría nuestro Apóstol. En este sentido, resulta necesario recordar que vivimos dentro de una Revolución, en todos los significados de la acepción de esta palabra. Tenemos el privilegio de la presencia notable del pensamiento de Fidel como explicara el compañero Raúl.
No podemos ser ilusos. La batalla no comienza, sino que se extiende a un espacio en el cual debemos formar un bastión, para evitar la historia homérica de Troya, aunque puedo asegurar que en Cuba jamás podría repetirse un engaño semejante; a pesar de los ataques mediáticos del gobierno de Estados Unidos.
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