
La expresión en dos palabras brotó entre los labios de aquel hombre cuando el candidato vacunal Abdala fue introducido en su brazo para irrigar su cuerpo como un torrente de esperanzas. No podía ser de otra forma, ni siquiera lo había pensado cuando el 18 de mayo asistió a la cita esperada en el Consultorio No. 1, del Médico de la Familia, en el Reparto La Fernanda, del municipio de San Miguel del Padrón, donde reside la doctora Odile Figueredo, una joven médico capaz de sentir sobre sus hombros el peso de una responsabilidad asumida como parte de las generaciones que la precedieron en la simiente de la estructura fundamental para la atención primaria de Salud Pública en Cuba, que fundara el Comandante en Jefe, Fidel.
En igual fecha, pero de 1895, hace 126 años nuestro Apóstol escribía su carta inconclusa a Manuel Mercado, antes de su caída en Dos Ríos. Ahora aquel hombre compartía los desvelos de investigadores y científicos. Abdala es un homenaje al estremecedor poema dramático escrito por José Martí y publicado un 23 de enero de 1869, en La Patria Libre. Uno de los candidatos vacunales cubanos contra el SARS-CoV-2, devenido en acontecimiento pleno de símbolos patrios, en medio del enfrentamiento a la COVID-19.
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