
La escuela, los amigos, las clases… son un mundo imprescindible para los niños. Han pasado meses de teleclases y encierro obligado para arrebatárselos al terrible mal.
La COVID-19 robó tiempo de infancia normal, de tareas, compañeros de clases y juegos. Pero ¡al fin!, todos regresaron a las aulas, con las debidas precauciones para que la enfermedad no se torne peligrosa a su inocencia.
Los habaneros, juntos, como un ser único han cumplido, salvo excepciones, medidas y restricciones para hacer posible este sueño.
Niños, adolescentes y jóvenes pertenecen a ese mundo de clases, libros y pruebas finales, tanto como la escuela les pertenece a ellos. Por eso ya retomaron el camino del saber cotidiano en sus aulas.
Volvimos a ver las calles inundarse de pañoletas y uniformes, de mochilas y libros bajo el brazo. De risas y alegrías se llenaron los centros estudiantiles, que se escucharon a pesar de nasobucos muy bien puestos para la debida protección.
Ha sido una semana de gloria y logros, esperada y añorada por los pequeños y los padres, no obstante, los temores que aún, lógicamente, puedan hacer resistencia a retomar la imprescindible normalidad.
Tenemos la certeza de que profesores y personal todo de educación están preparados para cuidarles con esmero y evitar cualquier riesgo.
Confiamos en esa magia de los maestros, para recibirlos y continuar la maravillosa labor de enseñar y hacer futuro.
Qué lindo noticia, Clara Luz Amorín! Comparto la nota!
Muchas gracias Nani Salas.