Está de moda el periodismo de datos, también la desinformación en esa prensa del mundo que se dice democrática, pero los resultados se levantan como columnas auténticas y la estadística grita alto y fuerte sobre la posibilidad real de justicia social y económica.
Lo logrado en 15 años de existencia por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP) es de una contundencia tal que hasta sus detractores deben hacer un momento de silencio antes de continuar sus afrentas o sus maquinaciones de nuevos golpes de Estado.
Dejemos nota que los datos hablen: gracias a la Operación Milagro, 2 millones 2 23 mil 35 latinoamericanos y caribeños fueron operados de la vista, se realizaron más de 30 millones de consultas oftalmológicas y un millón y medio de discapacitados se censaron y atendieron socialmente. A través del Alba-TCP, 4 millones 163 mil 767 de personas aprendieron a leer y escribir con el método cubano Yo sí puedo, lo cual hizo posible que naciones como Venezuela (2005) Bolivia (2008) y Nicaragua (2009) fueran declaradas libres de analfabetismo.
Monumentos vivos al Che Guevara son la Escuela Latinoamericana de Medicina Salvador Allende-Elam de Venezuela, la Elam de Cuba, así como la Universidad de Ciencias de la Salud del Alba-TCP: los más hermosos frutos de este singular y único mecanismo multilateral de integración.
¿Quiénes le dieron vida a semejantes maravillas? Nada menos que Hugo Chávez y Fidel Castro. En reivindicativa complicidad al firmar el acuerdo del proyecto integrador de los países latinoamericanos, en La Habana el 14 de diciembre de 2004, lo hicieron conscientes de la lealtad con los principios de solidaridad, sustentados en los idearios de Simón Bolívar, José Martí y otros grandes próceres americanos.
Aliento que debe recorrernos a todos por muy asfixiantes que sean las circunstancias impuestas desde Washington. No habrá bloqueo capaz de marchitar la hermosa flor del Alba que ha ido creciendo en 15 años de batallas. Sus pétalos se multiplicarán con cada dato que se ingrese a la estadística redentora de nuestros pueblos.