Una vecina me abordó mientras caminaba de regreso a mi casa. Como sabe que trabajo en un semanario, vio la posibilidad de compartir una historia que en tiempos actuales es insólita. Con modestia y hasta cierta pena me entregó un pequeño papel, rasgado y de caligrafía apurada. En ese “papelito” encontré una anécdota sencilla y corta, pero inmensa; valores que, afortunadamente, no todos han perdido:
Viajaba en la Ruta 18, carro 076, desde Micro X hasta calle K. El chofer, un joven llamado Ronald, fue capaz de localizarme porque había dejado la cartera con todos mis documentos, incluyendo dinero, tarjetas magnéticas en moneda nacional y divisa, las cuales tenían las claves. Cuando fui a congratularlo con lo que tenía en efectivo, el chofer no lo aceptó, planteando que se sentiría muy mal si lo aceptaba.
“Aún quedan personas así”, me aseguró una amiga cuando compartí con ella dicha historia. Tiene razón. Ese pequeño papel, rasgado y de caligrafía apurada me lo demostró. Segura estoy de que hay muchas, muchísimas anécdotas parecidas, solo que deben ser contadas, como esta.

![[impreso]](/file/ultimo/ultimaedicion.jpg?1761322584)
Marcia, muy estimulante esa historia. Pero debería conocerse en Matutino en la base de transporte a la que pertenece este chofer para que sirva de ejemplo a los demás y de que se compruebe que los Valores no se han perdido.
Leandro, gracias por comentar. Sí, en efecto se visitará la Unidad del chofer para que se le reconozca su acción.